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Por María José Amengual
Septiembre es el mes de los reencuentros y de la vuelta a nuestra rutina habitual. La mejor forma de afrontar el próximo cambio de estación es escogiendo alimentos nutritivos y de sabor delicioso -como el bacalao-, que nos animen a tomar la nueva etapa que se nos presenta con la mejor de las sonrisas.
De escoger los mejores ingredientes para preparar un producto excelente saben mucho los maestros cerveceros de Cervezas Alhambra. Un proceso semejante al que se desarrolla para preparar este bacalao con salsa de almendras, tan delicioso que una única rebanada de pan para rebañarla no será suficiente.
Las propiedades nutricionales del bacalao son lo suficientemente importantes como para no pasarlas por alto, pues una ración de bacalao contiene la ingesta diaria recomendada de ácidos grasos omega 3, fortalece nuestro sistema inmunitario, y aporta vitaminas A, D y B12, antioxidantes y proteínas. Este pescado condensa las cualidades necesarias para cuidar nuestra alimentación pues su contenido de grasa es generalmente inferior al 3% y carece de casi ningún tipo de carbohidratos, ya que el 96% de las calorías en una porción de bacalao provienen de proteínas.
Para preparar esta receta puede usarse bacalao congelado al punto de sal (un mínimo de sal es necesaria porque si está soso pierde mucho sabor). Solo tenemos que dejarlo descongelar previamente, sacándolo con el suficiente tiempo de antelación y ya podremos utilizarlo. Si preferimos usar bacalao salado, este tiene que dejarse desalar en la nevera sumergido en agua durante 24 horas, cambiando el agua cada 8 horas.
Si os agradan las salsas contundentes y sabrosas, esta es vuestra receta. Por eso es necesario acompañarla con unas buenas rebanadas de pan. Lo mejor es servir el bacalao napado con la salsa, pero poniendo en un cuenco o salsera el resto para que cada comensal pueda repetir y servirse más cantidad si lo desea.
Para maridar la receta, nada mejor que una cerveza de carácter intenso como Alhambra Reserva 1925. En ella los sabores de cereal y lúpulo se mantienen equilibrados con un contrapunto de amargor medio en boca que hace que combine perfectamente con un pescado blanco como el bacalao y con las almendras fritas, por la combinación de amargos, dulces y salados. Sin duda, una cerveza para disfrutar la vida a través de los detalles.
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