La poesía patria se renueva con la llegada de jóvenes poetas españoles que recogen la tradición previa, la hacen suya y la transforman. Al igual que ocurre con Alhambra Lager Singular, la poesía que parte de una genealogía compartida sabe mantener un sabor conocido al que le da sus propios tintes de modernidad y actualización.
Por Nerea Campos
Muchas veces encontramos la emoción en los lugares más sencillos. La piel erizada es un síntoma sin engaño que puede surgir en el instante más inesperado: cuando se comparte un momento con alguien de confianza, cuando un paseo sin pretensiones nos calma o cuando, al final del día, podemos al fin descansar.
Pero otras veces no hace falta buscar demasiado lejos: en los libros de poemas están los versos que, con sorpresa o no, nos emocionan sin movernos del sitio. Por suerte, la palabra escrita en España goza de buena salud y el panorama poético es una tierra fértil. Como el terreno que se cuida y cultiva con cariño, contamos con jóvenes poetas españoles que vienen pisando fuerte en las letras nacionales.
Poetas como Elvira Sastre, Rosa Berbel, Juan F. Rivero o Antonio S. Santacruz resuenan en revistas literarias, en congresos y en premios de literatura de nuestro país. Nos adentramos en su poesía, que, igual que una Alhambra Lager Singular, tiene la capacidad de tornar cotidiano en algo especial.
Elvira Sastre: un acercamiento a la poesía más directa
Elvira Sastre (Segovia, 1992) es una de las voces españolas que mayor repercusión ha obtenido en los últimos años. Desde que publicó Cuarenta y tres maneras de soltarse el pelo (Editorial Lapsus Calami, 2014), su presencia en librerías, lecturas y otros eventos ha sido constante y se ha visto reforzada con su faceta de traductora.
De hecho, son suyas las traducciones al español de los libros de la poeta canadiense de origen indio Rupi Kaur. También ha traducido los Poemas de amor de Oscar Wilde en la editorial Valparaíso y las Odas de Sharon Olds en la misma firma.
Además de dedicarse a la poesía y a la traducción literaria, también ha escrito la novela Días sin ti, su primera aproximación a la narrativa, con la que consiguió el premio Biblioteca Breve de la editorial Seix Barral en 2019.
“Las niñas siempre dicen la verdad”, de Rosa Berbel
Rosa Berbel (Estepa, Sevilla, 1997) es una de las poetas jóvenes más reconocidas en este momento. Además de haber publicado su obra en antologías y lograr una gran participación en festivales literarios, su obra poética culmina hasta el momento en Las niñas siempre dicen la verdad (Hiperión, 2018).
Con este poemario obtuvo el XXI Premio de Poesía Joven Antonio Carvajal y el Premio Ojo Crítico de Poesía de RNE, pero la estela de los premios ya se adivinaba cuando ganó en 2016 la IV Edición del Certamen de Ucopoética.
Su labor editorial se ha materializado en la publicación Piel fina, de Maremágnum, en el año 2019, junto al también poeta Juan Domingo Aguilar, con quien ha recogido la obra de otros poetas jóvenes.
Antonio Soriano Santacruz: la música en la poesía
Antonio Soriano Santacruz (Alicante, 1991) es musicólogo de formación, profesión en la que continúa desde el ámbito de la investigación en Madrid, ciudad en la que ahora reside.
Su poemario Nuevas especies de óxido (Boria Ediciones, 2021) nace gracias al respaldo de dos libreras de la Librería 80 Mundos, en Alicante, donde explora la huida o la salida de la ciudad natal en busca de ese algo más indeterminado. Esa exploración ha culminado en esta obra, pero son muchos los años en los que se ha ido concibiendo la escritura de cada uno de los poemas.
La aproximación a la literatura clásica de Juan F. Rivero
Juan F. Rivero (Sevilla, 1991) es, además de poeta, editor y profesor de escritura creativa y literatura en Escuela de Escritores. También se dedica a la traducción literaria, con libros como La escuela poética de Nueva York (Alba, 2020), en el que traduce la poesía de John Ashbery.
Ha publicado dos poemarios, Canícula (2019) y Las hogueras azules (Candaya, 2020), con los que ha podido garantizar una presencia contundente en el panorama poético español de su generación. Este último poemario, dividido en cuatro partes, comienza siendo un juego que se convierte en libro, a través del diálogo con las literaturas de China y Japón.
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