Artesanos que convierten en auténticas joyas lo que otros considerarían piezas inservibles. Personas que ven más allá de los objetos que tienen delante.
Por Nerea Campos
En 1976, la poeta Francisca Aguirre (Alicante, 1930 – Madrid, 2019) escribía lo siguiente: “empezar a pensar que convendría / reinventarlo todo de nuevo”, en su poemario Los trescientos escalones, reeditado en 2012 por la editorial Bartleby Editores. Hay quien, no solo en la poesía, sigue mirando hoy el mundo con ojos de “reinventarlo todo de nuevo”, de buscar nuevas formas de hacer las cosas y de acercarse a lo que nos rodea.
Muchos artesanos y artistas se han fijado en lo que nos da la tierra –o, incluso, el mar– en un principio como inspiración para, más tarde, sorprenderse con el potencial que guardan algunos materiales en los que no hemos reparado con la curiosidad suficiente.
La mirada, de hecho, es tan importante para cualquier artista o diseñador que puede convertir algún residuo tirado a la basura en un bello e interesante colgante; o una concha encontrada en la orilla de la playa en algún paseo puede decir mucho más de lo que es. Quienes miran con esos ojos tienen alma de creadores, ya sean diseñadores natos, artistas o artesanos.
Esas personas han recogido materiales que otras han desechado como basura o algo inservible para darles una segunda vida, otra oportunidad y convertirlas en piezas de arte y de artesanía, así como en joyas y en piezas de decoración para el hogar. Cuando dedicamos el tiempo necesario a algo, como expresa el espíritu de Cervezas Alhambra, es cuando vemos su verdadero interior. Reinventamos algo porque intuimos que tiene algo más latiendo ahí dentro: el tiempo ayuda a sentirlo.
Poorwood: las cosas del suelo sí se cogen
Desde la más tierna infancia nos han dicho que todo lo que encontramos en el suelo es basura; bajo esa premisa, quién podría pensar que el propio suelo sería tan prolífico en piezas únicas de joyería y decoración. Suerte que Begoña Redondo desafió esa máxima con Poorwood y puede enseñarnos a todos a ver la belleza en la madera u otros materiales con los que nos cruzamos en el camino.
De la madera pasó a las piedras de pizarra, a las lapas y a los fragmentos de vidrio pulidos por el mar, así como la chatarra que iba encontrando y también clavos antiguos de derribo. El poder de la imaginación de una mente creativa no tiene límites a la hora de proyectar lo que un objeto sencillo puede dar de sí. Y eso es lo que manifiesta Redondo desde su firma Poorwood.
Ahora, en su catálogo, encontramos broches, colgantes, pendientes, lámparas o candelas con diseños originales, muy diferentes y únicos que son el resultado de mirar con otros ojos.
La obra plástica de Pepe Gimeno
El artista Pepe Gimeno (Valencia, 1951), Premio Nacional de Diseño 2020, utiliza una gran variedad de restos orgánicos en sus obras plásticas para conseguir formas inesperadas y diferentes en cada una de sus creaciones.
Sus fórmulas sobre la creación y el diseño pasan por fases muy importantes y fundamentales que tienen que ver con el pensamiento, con el hecho de que el arte está supeditado al mundo de las ideas. Además de ser diseñador gráfico, tiene una faceta artística experimental que es con la que desenvuelve y desarrolla los proyectos.
Por ejemplo, en la serie Al hilo del pensamiento encontramos esa semilla surgida desde lo que se piensa hasta que se convierte en lo tangible. En la obra La red y la presa (2016) Gimeno utiliza restos orgánicos, metal y cemento para crear una especie de silla colgante que atrapa.
Rethink your garbage: bisutería procedente de plásticos encontrados en el mar
Una labor fundamental de concienciación sobre reciclaje y cambio climático es la que hacen en Tenerife Lucilla Bellini y Magali Brincat con su proyecto Rethink your garbage. Además de darle otra vida a la basura, mediante procesos de creación y diseño con los que consiguen piezas únicas, tratan de sensibilizar sobre la problemática de los residuos en el mar.
Sus piezas de joyería pasan por distintas etapas hasta convertirse en lo que encontramos en su catálogo. El equipo encuentra residuos y restos de plástico en la orilla del mar, en las playas y en otras zonas donde se adentran a investigar y, cuando encuentran materiales que pueden encajar, los recogen.
Cuando ya los tienen en sus manos exploran sus posibilidades para transformarlos: sus manos han suavizado las aristas de estos objetos. Y así encontramos sus pendientes, colgantes, pulseras y broches reinventados.
Imágenes | Pexels (1), Facebook de Poorwood, Facebook de Rethink your garbage
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