Elisabet Urpí y Nacho Umpiérez crearon en 2010 la marca Eliurpi, que ha conseguido unir el mundo del arte y la sombrerería. Así es cómo una firma artesana se ha logrado colar en los estantes de Harrods.
Por Esther Morales
Negar el protagonismo de la artesanía en la moda sería como borrar, de un solo golpe, a generaciones de costureras y modistas que han ido forjando las bases de una industria importantísima. Maestras del Tiempo de su época, que apenas necesitaban valerse de su ingenio para desarrollar auténticas obras de arte. Piezas atemporales que llegan a ocupar lugares privilegiados en los museos y que tienen un papel crucial en nuestra cultura.
Es algo que tiene muy presente Elisabet Urpí, que en el año 2010 puso en marcha la firma Eliurpi junto a Nacho Umpiérez. “Creemos que moda y artesanía van muy unidos. De hecho, pensamos que la artesanía es la madre del arte”, explica la diseñadora.
La suya fue toda una apuesta por llevar hasta la moda el espíritu de la artesanía -sin prisa-. En sus inicios, con tocados y prendas de ropa; después, con sombreros que han forjado un imaginario propio. El mismo que les ha hecho conquistar grandes almacenes de todo el mundo, como el famosísimo Harrods de Londres, y que demuestra que se puede “ser grandes y mantenerse a pequeña escala”.
El sombrero, todo un descubrimiento
“Eliurpi sale de mi propio nombre: Elisabet Urpí”, explica la diseñadora. “Además de socios, Nacho y yo somos matrimonio. Él se encarga de hacer las fotografías de la web y de desarrollar la imagen de la marca”. Ambos componen el tándem que ha colocado a la firma entre los mayores referentes de la sombrerería, con una visión creativa muy particular y colecciones que “se centran más en lo artístico que en la moda”, relata.
“Nuestras piezas están fabricadas con materiales naturales, en nuestro estudio en Barcelona y a pequeña escala”, revela Urpí, que confiesa haberse acercado al mundo de la sombrerería de forma experimental. “Yo estudié diseño, pero no de moda. Me especialicé en publicidad, aunque con el tiempo me empecé a interesar por la moda. Nuestras primeras colecciones eran solo de ropa, pero poco después surgió lo del sombrero, porque nos permitía ser más innovadores”, cuenta.
“Al final nos decantamos por esa rama por inercia y por personas que fuimos conociendo a lo largo del tiempo. Conocimos a una sombrerera en Barcelona que iba a dejar la profesión y le compramos mucho material y moldes”. Una historia llena de casualidades, que ha hecho de Eliurpi una firma que no sigue ningún esquema establecido, donde “la ropa y los complementos son los que acompañan a la colección de sombreros'', como detalla Elisabet.
Moda sin prisa
Huir de las prisas y de los estándares temporales de la moda puede ser todo un reto para una firma tan codiciada en los círculos ‘fashionistas’. Esto no ha afectado al empeño de Elisabet y Nacho por ser fieles a sus principios artesanos. “Solemos sacar una colección al año, que presentamos siempre en septiembre”, cuenta Urpí. “Nos tomamos nuestro tiempo en diseñar sobre el papel y hacer pruebas. En total, invertimos unos seis meses en diseñar la colección y otros seis en producirla. Esto también nos permite abastecer a los clientes que tenemos en el extranjero”.
Pero no se trata de un procedimiento meramente productivo, sino que cada colección responde a una intención totalmente creativa. “Hay muchas piezas que no llegan a ver la luz porque no nos encajan”, advierte Elisabet. “Ni podemos ni queremos hacer como otras marcas, que lanzan colecciones cada tres meses. Preferimos que las nuestras tengan personalidad, que sean atemporales. Es más, tenemos algunas piezas que llevamos siete años sacando”.
Es una de las bases del éxito de los productos artesanales. Precisamente, que cuando algo se hace con tiempo (aquello que merece la pena solo se puede hacer sin prisa), no necesita modificarse por completo o reinventarse periódicamente para seguir gustando. Como nos ocurre siempre que damos un sorbo a Alhambra Reserva 1925 y nos deleitamos con el ya icónico sabor de un producto desarrollado hace casi cien años.
A Eliurpi, por su parte, le augura también un gran futuro, en vista del éxito que ha cosechado desde su fundación. También ellos han sido partícipes en el desarrollo de la época dorada de la artesanía contemporánea que vivimos y que, según explica Elisabet, ya lleva años en auge. “Hoy en día, la artesanía está bien valorada. La gente que trabaja en moda y en arte lleva años buscando hacer cosas así, porque las grandes marcas quieren hacer sus productos en sus propios ateliers y darles ese carácter artesano”, aclara.
Explorar el imaginario de Eliurpi es llenar nuestros sentidos de inspiración y anhelar cada una de sus piezas, como ya han hecho grandes marcas y artífices de la moda. “Nosotros estamos contentos. Desde que empezamos, varias tiendas de todo el mundo se interesaron por lo que hacemos”, cuenta. “Las marcas pequeñas ahora tienen su oportunidad porque la artesanía está más valorada. Y, desde luego, a nosotros nos beneficia, ya que nos da mucha visibilidad”, concluye.
Imágenes | Facebook de Eliurpi
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