Creadores - Libros
¿De verdad la gente sigue leyendo?
¿Por qué la gente sigue leyendo? Como escritora y lectora profesional es una pregunta que me hacen a menudo. Parece razonable que las personas cultas del 1700 se sumergiesen en un libro cuando caía la noche y el entretenimiento se veía limitado a la compañía que tuvieses a mano y a todo aquello que se pudiera hacer a la luz de unas cuantas velas, pero, ¿por qué elegir la palabra escrita en pleno 2023?
Hay grandes genios de la tecnología y la neurociencia compitiendo por nuestra atención: redes sociales con notificaciones en rojo para generarte una sensación de alerta y cuyos contenidos se suceden repletos de luces y colores no tan distintos de los de una máquina tragaperras; videojuegos con gráficos hiperrealistas y streamers que juegan a ellos mucho mejor que tú y además son simpáticos y ocurrentes; plataformas que ofrecen una infinita selección de series y películas para adaptarse a todos los gustos, por específicos que sean, y sesiones de cine que se llenan al ofrecer el último taquillazo repleto de explosiones.
¿Por qué con todas esas opciones alguien elegiría una actividad anodina, tranquila, en dos dimensiones y monocromática, sin ruido ni destellos, que no ofrece más gratificación instantánea que la de leer “solo un capítulo más”?
Elegir un libro es escoger el silencio, desconectar del mundo y de las pantallas para conectar con algo tangible. Es dedicarte un momento a ti mismo. Pero eso no significa que los libros nos aíslen, no. Todo lo contrario. Se tratan de la forma más viralizable de arte por una buena razón. No solo son fáciles de transportar y de compartir, también son altamente contagiosos. Por eso tienen el poder de unir a personas que parecen tener nada en común. Los clichés se desvanecen en torno a los libros: somos todos lectores.
El último fenómeno de la literatura juvenil consigue que la popular, la deportista y la friki encuentren algo en común de lo que hablar cuando una de ellas se lleva el nuevo libro de la saga a clase, tres generaciones de mujeres de una misma familia aguardan impacientes a que Isabel Allende publique su nuevo libro y en la cola de algunas autoras de romance puedes encontrar a quinceañeras que han descubierto la lectura gracias a ella y a treintañeras que se han reencontrado con los libros después de distanciarse por culpa de la vida adulta y sus infinitas responsabilidades.
Los libros hacen que tu tío te recomiende una historia sobre La Guerra Civil y que te guste tanto que os paséis la próxima reunión familiar comentándola e intercambiando recomendaciones literarias, hacen que unos padres se lean 'Heartstopper' porque le encanta a su hijo adolescente y abran su mente a realidades que antes no conocían.
Los libros abren puertas y cierran heridas a la par
Los libros son una herramienta del pasado que nos permite tener un futuro. Que hace el mundo un lugar un poquito menos aterrador, como un manual de instrucciones que te toma de la mano cuando más lo necesitas: miedo al cambio, nostalgia, duelo, un corazón roto, no saber quién eres, no saber qué quieres, saber qué quieres pero no atreverte a perseguirlo… no te preocupes, hay un libro para ti. Hay alguien que ha sentido exactamente lo mismo junto a la urgencia de expresarlo en palabras. Y acabará por encontrarte.
Hay algo especial en dar con el libro perfecto, en el momento adecuado. Ese libro que de pronto llama tu atención y empiezas a verlo por todas partes: el universo parece querer que leas esa novela, ese ensayo o poemario, así que le das una oportunidad y ahí es cuando sucede lo inesperado. Es justo lo que necesitabas.
Los temas que trata, los sentimientos que evoca, las reflexiones que has experimentado un millar de veces últimamente, pero que no sabías poner en palabras. Todo está ahí. Da casi miedo. Que el algoritmo de una red social prediga tus necesidades en forma de anuncio, eso ya lo tenemos muy visto, pero ¿cómo un escritor o escritora ha sido capaz de meterse dentro de tu cabeza y saber lo que necesitabas leer sin conocerte de nada, a veces con décadas o siglos de distancia?
¿Por qué la gente sigue leyendo? Porque los libros nos ofrecen una posibilidad que nadie más ha podido lograr: estar a solas sin sentirnos solos. Así que sí, la gente lee. Y me atrevo a predecir que hasta que alguien consiga igualar la puja, los libros seguirán con nosotros durante mucho, mucho tiempo.
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