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Música, naturaleza y honestidad. Tyler Ramsey Música, naturaleza y honestidad. Tyler Ramsey

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Música, naturaleza y honestidad. Tyler Ramsey

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Por Cervezas Alhambra

Desde que Tyler Ramsey decidiera recluirse entre las montañas a las afueras de Asheville, da la impresión de que la creatividad ha inundado su espíritu de temas delicados y personales.

La pasada primavera, Ramsey decidió abandonar definitivamente la banda que le curtió y le dio algún que otro quebradero de cabeza: "Band of Horses". Desde entonces, está volcado en su obra. Una oda a la naturaleza que deja por el camino brillos sin evidencia de su mundo íntimo y un tanto críptico.

alhambra barrica

Fanático de las guitarras, compositor de una banda sonora, músico, cantante y constructor de su propio estudio, la voz de este artista polifacético recuerda a la de grandes clásicos. En ocasiones trae a la memoria a Neil Young, otras a Gram Parsons y a veces incluso al contemporáneo Bon Iver.

Su universo se muestra sosegado, tranquilo y evocador. Valiente, el referente de los contados outsiders que reniegan de la velocidad impuesta en las grandes urbes, Tyler Ramsey se arma de valor siendo fiel a su instinto. Desde su Carolina del Norte natal, está dispuesto a seguir ofreciendo creaciones que ofrezcan como base la autenticidad y el amor a su entorno.

Tu último álbum se llama "For the Morning", ¿es la mañana tu momento preferido del día, o el momento que más te inspira? ¿Por qué lo llamaste así?

El significado viene, probablemente, de que contiene mucha luz y mucha oscuridad. Yo busco salir de los problemas, busco algo mejor. Y creo que la canción "For the Morning", en particular, también tiene mucho de esto.

Has trabajado en este álbum durante más de cuatro años y seguro que has creado innumerables letras y melodías, ¿en qué te has basado para seleccionar las canciones adecuadas para el álbum?

Normalmente, cuando escribo un disco, lo escribo. No paso por miles de temas. Cuando creo que tengo las canciones que, juntas, cobran sentido, me doy cuenta de que ese es el disco. Trabajo en ello, recolectando letras e ideas. Cuando giraba sin parar, escribía notas en mi teléfono o en una libreta. Y cuando finalmente tenía tiempo para sentarme y juntar las creaciones, todo adquiría sentido rápido. Para este disco hablé con mi amigo Seth Kauffman, que trabajó conmigo, y decidimos ir a Louisville, Kentucky, para grabar el álbum.

Después de girar mucho, decidiste regresar a tus raíces y parar un poco. ¿Por qué decidiste abandonar un estilo de vida, en muchos sentidos envidiable, para refugiarte en el campo con tu familia?

Era el momento de hacerlo. Estuve en esa banda durante diez años. Resultaba demasiado difícil lidiar los unos con los otros. Si no es divertido ni creativo, creo que hay que dejarlo. Me sentía atrapado, creo que no había solución. Algunas personas son difíciles y comunicarse con ellas es todavía más difícil. A veces no quieren solucionar las cosas y siguen su camino sin importar lo demás. Si no podemos unir fuerzas y trabajar para sentirnos bien en conjunto es mejor retirarse. Además, saqué un álbum en solitario cuando estaba en la banda, del cual estaba muy orgulloso, y no pude dedicarle el tiempo que quise. Entonces fue cuando empecé a sentir que tenía que moverme y dedicarme a lo que yo quería. Lo que hago ahora es muy diferente y la energía es genial, toco con una gente estupenda.

Eres el compositor de la banda sonora de la película italiana L´Ospite, ¿cómo surgió esta oportunidad?

El director italiano Duccio Chiarini escuchó mi álbum, "A Long Dream About Swimming Across the Sea", y se enamoró de un par de canciones. Me contactó para proponerme la idea y saber si estaba interesado. Tenía tiempo, estaba en casa, era el momento perfecto. Me mandaba ideas y estuvimos en contacto durante todo el proceso. Finalmente llegamos a donde ambos queríamos.

¿Cuál es la principal diferencia entre componer para ti y tus álbumes, y componer para el cine?

No soy ningún experto, sólo sé cómo lo hice yo. Aunque sé que hay métodos más técnicos. Vi los brutos y las escenas a las que tenía que poner música y traté de conseguir el mood adecuado. Fue algo que me resultó bastante familiar porque lo hice a mi manera. Si hubiera estado en Hollywood seguro que habría resultado muy diferente. Probablemente me habría sentido más presionado y limitado.

Además de la influencia evidente de la naturaleza en tu música, ¿qué más marca tus canciones?

Las relaciones con las personas, el cambio, todas esas cosas me llenan. Continuamente trato de ser una persona mejor y miro atrás e intento analizar cómo he llegado aquí y a dónde me ha llevado mi camino. Todo alimenta mi mundo creativo. Ahora siento que se me está abriendo un mundo y su significado lo traduzco a la música.

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¿Cómo fue construir tu propio estudio, y sobre todo, como ha sido grabar allí y poder sacar un trabajo hecho en tu propio estudio?

Tengo un estudio, pero no está bien acondicionado. Tengo poco equipo. Allí grabé la banda sonora para L´Ospite. No tenía ni idea de que podía hacerlo. Fue la primera vez que hice algo en mi propio estudio que se iba a utilizar. Fui a comprar un micrófono, un pequeño equipo de grabación y un programa informático. La verdad es que fue todo muy simple. Cuando terminé, se lo envié todo a mi amigo Scott Minor (Sparklehorse) que vive en Nashville, Tennessee. Él lo mezcló e hizo un gran trabajo. Estaba muy orgulloso del resultado. Fue un proyecto muy divertido y espero poder hacer más, la verdad.

La Americana es un género que acoge la música tradicional combinada con sonidos alternativos. Este año hemos tenido en nuestro ciclo a otros artistas como Dawes, Courtney Marie Andrews o Andrew Combs. ¿En qué momento consideras que está la música Americana?

Creo de verdad que existe algo muy motivador en la música Americana. Yo no vivo en Nashville, pero Carolina del Norte también tiene una tradición musical muy especial y fantástica. Yo me incluyo en este círculo. Lo cierto es que escucho mucha música folk, y aunque no creo que haga ese estilo de música estrictamente, forma parte de lo que hago. Me encantan los cantautores que caben dentro de esa categoría. Están haciendo algo desde el corazón creando proyectos honestos y sólidos. Creo que está muy bien. Me gusta formar parte de este género de alguna manera, estoy a gusto.

Los instrumentos son fundamentales para los músicos, ¿tienes una guitarra favorita? ¿Cuántas guitarras tienes?

Tengo muchas guitarras, demasiadas. Llevo un tiempo deshaciéndome de algunas. Empiezo a darme cuenta de que cuando encuentras el instrumento mágico no necesitas nada más y llevo tiempo sin sacar muchos instrumentos de sus fundas. Tengo un par de guitarras muy especiales para mí. Tengo una Guild Starfire de 1969 eléctrica que es mi favorita. Nunca he tenido una eléctrica que me haya inspirado tanto como esta. En casa tengo una Harmony acústica de los 60s. Hay un tío en el estado de Goergia, que se llama Scott Baxendale, que coge guitarras viejas, muy baratas, las arregla y de pronto adquieren un sonido muy bonito. Estas son mis dos guitarras preferidas. Y luego tengo una Martin acústica que me regaló mi abuela cuando era más joven. Me dio una sorpresa, me llamó al trabajo y me dijo: "necesito que vengas a mi casa porque tengo que darte algo". No tenía ni idea de lo que era. Y tener una Martin en aquella época era algo muy grande.

¿Para quién quería tocar Tyler Ramsey hace diez años y para quién quiere tocar hoy?

Es una pregunta interesante. Nunca pienso quién va a escuchar mi música. Hago lo que me pide el momento. Algo que me haga disfrutar y que a la vez resulte terapéutico. Creo que nunca he pensado en mi audiencia. No he tenido objetivos claros. Me gusta tocar para gente, me da igual el número. Puedo tocar en una sala con diez personas y esa puede ser la mejor noche. Una de mis grandes inspiraciones es uno de mis guitarristas preferidos, llamado Leo Kottke. Coincidí con él hace mucho, en Asheville. Tocó en un club lleno de gente. Fue una noche increíble, aunque fuera muy simple, con sólo dos guitarras. Siempre he pensado que si puedo viajar, tocar y marcharme, me sentiré bien.

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Adrian.