Este festival toma el barrio madrileño de Lavapiés. Y el joven artista Misterpiro participó con su característica apuesta por el color
Por Eva Gracia
El Festival C.A.L.L.E. de Lavapiés llena cada año de color las ya de por sí vivaces calles de este barrio con intervenciones de artistas emergentes. En su VI edición, cuyo cartel diseñó la artista Sara Fratini, la cita ha vuelto a contar con el apoyo de Cervezas Alhambra, que ha invitado al joven artista urbano Misterpiro a hacer suya una de las paredes de la calle Argumosa. El resultado lleva por nombre Movimiento estático y es una oda al color que no solo se observa, también se siente.
Misterpiro, con sus 24 años, se desenvuelve en el universo de los pinceles como si siempre hubieran estado en sus manos. De algún modo, así ha sido: comenzó pintando grafitis a los 11 años, hasta que dio el salto al mural, la superficie en la que, hoy, se mueve como pez en el agua.
“Me hace mucha ilusión participar en C.A.L.L.E., pues es un festival que seguía desde hace tiempo. Además, he podido venir a pintar el mural andando desde casa, eso para mí es un privilegio”, cuenta el artista urbano sobre su paso por la VI edición de esta convocatoria.
Movimiento estático
Durante cinco días, Misterpiro ha trasladado su estudio a la calle Argumosa de Madrid. Allí ha desplegado sus artilugios y su arte para dar forma a Movimiento estático, una obra que cuenta su propia historia, pero, para conocerla, hay que acercarse a ella.
Detenerse. Parar más y sentir más. Porque esta obra conecta con nuestros sentidos y, al igual que las elaboraciones de Cervezas Alhambra, no se explica, se siente: solo cuando apreciamos una creación conscientemente, ya sea una obra de arte o una Alhambra Lager Singular, nos acercamos a su verdadera belleza, a sus variados matices, a su profunda mezcla de colores o a su delicado sabor amargo.
“Busco que la gente, a primera vista, no sepa lo que se va a encontrar en la pared, pero que se detenga. Es un paisaje visual con contenido y color que, aunque no tenga nada figurativo, invita a reflexionar y a pensar en el proceso creativo, cómo está hecha la obra, cómo se va de la acuarela al mural”, apunta Misterpiro sobre lo que quiere transmitir al público con esta propuesta.
Su obra habla de un viaje creativo en el que nada está escrito, en el que la improvisación es capital. “Para pintar, necesito una pared en blanco para que los colores tengan todo el brillo posible. Después, con colores primarios, voy aplicando muchas capas con mucha agua; espero a que se seque, todo muy despacio, para después, intuitivamente, ir aplicando el siguiente color encima. Muchas veces no sabes qué color va a salir hasta que no apliques esa capa. Es algo muy al azar, pero, a la vez, muy reflexivo. No hay un sistema”, dice Misterpiro sobre su proceso de creación.
Parar más, Sentir más es una filosofía que Misterpiro también ha llevado a su modo de trabajo. Porque significa, también, detenernos para escucharnos a nosotros mismos, reflexionar, apagar nuestros sentidos para ser conscientes de lo que queremos descubrir, de lo que queremos sentir al contemplar Movimiento estático o al saborear una Alhambra Reserva 1925 y su perfecto balance entre matices amargos y dulces.
Con ese modo de trabajo, quizá de manera intuitiva, quizá de manera reflexiva, Misterpiro hace suya, también la filosofía de crear/sin/prisa, la plataforma de Cervezas Alhambra para apoyar al arte emergente.
“Siempre me quejo de que estoy sobreproduciendo y no dedicando el tiempo que quiero a cada obra. Por eso, Movimiento estático me ha permitido trabajar despacio, pensando dónde aplicar cada capa de color y cómo hacerlo”, apunta el joven muralista, sabedor de que el tiempo funciona como nuestro sexto sentido, como el potenciador de todo lo demás, otro de los pilares de la filosofía de Cervezas Alhambra.
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Una nebulosa en la que detenerse
La obra de Misterpiro para el VI Festival C.A.L.L.E., ya concluida, es una nebulosa de color que nos insta a contemplarla como si de un hipnótico péndulo se tratase. No presenta formas concretas, pero nos atrae, nos transmite, nos intriga. Conseguir esa sensación era el objetivo fina del artista: “Que te preguntes qué es eso, te pares a entenderlo, te acerques a la pared a ver las texturas. Eso es lo que quiero”.
La nebulosa de color de Misterpiro sí tiene una inspiración concreta: los vidrios de las botellas de Cervezas Alhambra, como relata el propio artista. “La paleta que he elegido se acerca a los colores corporativos de la marca, con ese verde y ese ocre que recuerdan al vidrio. La obra está compuesta por capas transparentes que simulan el cristal y quería lograr un efecto similar a cuando miras al sol a través de uno”.
Sugerente, con una clara referencia a la pintura con acuarela, abstracta y dinámica, con esas gotas detenidas que parecen comenzar a moverse en cualquier momento. Movimiento estático es una obra que condensa la filosofía de trabajo de Misterpiro, pero también la de Cervezas Alhambra: el mimo por el detalle, la apuesta por una personalidad propia, la creación de piezas que invitan a pararse.
Y la propuesta de vivir degustando cada momento, saboreando cada instante, despertando las emociones a través de los sentidos, con los bellos colores con los que trabaja Misterpiro o con los que nos regalan las elaboraciones de Cervezas Alhambra.
Sumergido en el universo de los murales y la pintura con delicadas capas, Misterpiro se siente un artesano de los pinceles: “Me siento muy a gusto en lo artesanal, en mancharme las manos, en hacer el boceto a mano, sintiendo la pintura en la piel y el agua cayendo. He intentado llevar mi obra al entorno digital con tabletas, pero no tiene nada que ver”.
Porque aquello que palpamos nos transmite más; porque no hay como desviar la vista hacia la obra de Misterpiro en el Festival C.A.L.L.E. para adentrase en su nebulosa, en el modo en que ha trasladado el concepto de Parar más, Sentir más a su propio universo. En la forma en la que ha llenado de color y vida la pared de la calle Argumosa, convertida en su lienzo.
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