Estaban destinados a convertirse en parte de la leyenda de la música. Sus autores los habían anunciado como el siguiente gran hito de su carrera y los fans los esperaban con emoción e impaciencia, pero algo se torció por el camino.
Por Raúl RearMachine
Hablamos nuevamente de discos perdidos, abandonados, obras que estaban a punto de ver la luz pero que acabaron siendo publicadas muchos años después de lo previsto tras sobrevivir al olvido. Pese a todo, cuentan con su propio capítulo destacado dentro de la historia de sus protagonistas. Álbumes como el ‘Both Directions at Once: The Lost Album’ de John Coltrane, el ‘You’re The Man’ de Marvin Gaye, el ‘Black Beauty’ de Love, el ‘The Ties That Bind’ de Bruce Springsteen o el ‘Rubberband’ de Miles Davis. Repasemos juntos el mito de estos álbumes rescatados.
Arrancamos en 1963. El compositor y saxofonista de jazz John Coltrane entra en el estudio junto al ingeniero de sonido Rudy Van Gelder para grabar un disco con el sello Impulse!. Finalizado el proceso, la compañía guardó una copia y entregó otra al artista, tal y como especificaba su contrato. Coltrane le dio su cinta a su entonces esposa, Juanita Grubbs, quien la guardó en una caja, mientras que el máster de la discográfica fue a parar al archivo, a la espera de ser publicado. Hasta aquí, todo normal. Pero lo que sucedió a continuación resulta bastante increíble. Coltrane se separó de su mujer y la caja que contenía la preciada grabación acabó mezclándose con otras muchas. En el almacén de la compañía, un ejecutivo decidió que las cintas archivadas ocupaban demasiado espacio y procedió a la destrucción de una parte, llevándose por delante la obra inédita del saxofonista. En 1996, cuando falleció Juanita Grubbs, su hija Naima, fruto de su anterior matrimonio y adoptada por Coltrane cuando tenía cinco años, recibió las propiedades de su madre y decidió entregar todas las grabaciones a la compañía Universal, por entonces propietaria de los derechos de Impulse!. Ravi Coltrane, también hijo del músico, fue nombrado curador de las cintas y su sorpresa fue mayúscula cuando descubrió por accidente el álbum perdido. A falta de un nombre oficial, decidió llamarlo ‘Both Directions at Once: The Lost Album’, en alusión a un comentario que su padre le hizo al saxofonista Wayne Shorter intentando explicar su visión sobre la música: “Se trata de empezar una frase por la mitad e ir al principio y al final al mismo tiempo”.
Nos encontramos en 1972 y Marvin Gaye está arrasando en el mercado con ‘What’s Going On’. El éxito permite al artista negociar con el sello Motown y obtener una posición de privilegio en cuanto a libertad creativa. En resumidas cuentas, Gaye busca un nivel aún mayor de compromiso social por medio de un disco en el que habla directamente a los candidatos de las elecciones para preguntarles qué piensan hacer para corregir los errores del pasado. Bajo esta premisa, compone ‘You’re The Man’, el single de adelanto que iba a dar nombre al trabajo completo, pero la canción no obtuvo el éxito esperado. El cantante se sintió profundamente afectado por aquella mala acogida y acusó directamente a Motown de no haber respaldado el lanzamiento de forma adecuada. Decepcionado, decidió archivar el disco y el sello no movió un dedo para hacerle cambiar de opinión. Curiosamente, en 2019, 35 años después de su fallecimiento, la discográfica recuperó el interés por el álbum y lo lanzó al mercado tal y como Marvin Gaye lo había concebido inicialmente.
Es 1973 y Arthur Lee, líder de Love, prepara ‘Black Beauty’, un gran disco junto a su banda. Acababa de publicar ‘Vindicator’ (1972) en solitario de la mano de la discográfica A&M, pero para este nuevo proyecto con el grupo decide arriesgar y se compromete a lanzarlo bajo el sello Buffalo. El carácter complicado del autoproclamado “primer hippie negro” no ayudaba demasiado a contar con una formación estable y, para esta ocasión en concreto, recompuso toda la banda, que pasó a estar integrada exclusivamente por músicos afroamericanos. Todo marchaba de maravilla: los temas evocaban el espíritu R&B tardío de Jimi Hendrix sin olvidar el legado psicodélico del grupo, los astros parecían alinearse para que el álbum se convirtiera en un éxito… Y Buffalo quebró antes del lanzamiento. Como suele suceder en estos casos, el máster acabó enterrado en algún rincón y tuvieron que pasar 40 años para que los responsables de High Moon Records, especialistas en arqueología musical, rarezas y desclasificaciones, sacaran ‘Black Beauty’ a la luz. El resultado es, a juicio de los encargados de su restauración, “la obra maestra nunca antes publicada de la legendaria banda Love” y “un clásico perdido” según la revista Rolling Stone.
Viajemos hasta 1979. Bruce Springsteen había lanzado ‘Darkness on the Edge of the Town’ en 1978 y se preparaba para publicar su quinto disco: ‘The Ties That Bind’. Su discográfica, la CBS, presionaba para agilizar las fechas porque necesitaba un disco superventas y el boss se recluyó junto a su banda en el estudio. Por aquél entonces, tal y como recuerdan los músicos, iniciar una sesión de grabación con Springsteen tenía una parte buena y una mala. Sabías cuándo comenzaba, pero nunca cuándo terminaría. Contaban con varios temas descartados del ‘Darkness on the Edge of the Town’, que, sumados a los que grabaron a lo largo de las primeras jornadas se convirtieron rápidamente en 30 canciones listas para ser incluidas en el proyecto. Pero llegó el cambió de idea. Nadie sabe exactamente qué sucedió, pero aquél paquete de temas se quedó en el cajón y Springsteen compuso un montón de canciones nuevas que, finalmente, fueron publicadas en 1980 bajo el título de ‘The River’, el doble LP que marcó un punto de inflexión en su carrera. Como muchos de sus fans saben, la caja de discos que recoge todas aquellas grabaciones acabó comercializándose años después con el nombre de ‘The Ties That Bind: The River Collection’.
Es 1985 y Miles Davis, el genio del jazz, está grabando un álbum: ‘Rubberband’. Había cambiado de compañía discográfica, dejando CBS para pasarse a Warner y buscaba algo diferente al resto de sus discos, un trabajo impregnado de sonidos ochenteros que incluyera una gran cantidad de ritmos funk, pop y soul comercial. Para abordar aquel cambio de rumbo estilístico se encerró en los estudios Ameraycan de Los Ángeles y se rodeó de dos de los mejores productores del momento: Randy Hall y Zane Giles. Todo marchaba a las mil maravillas e incluso Davis valoraba invitar a Al Jarreau y a Chaka Khan a participar como vocalistas en el álbum, pero algo sucedió. El trompetista perdió el interés, dejó inacabada la obra y se embarcó en una nueva aventura: ‘Tutu’. ‘Rubberband’ permaneció abandonado en un cajón de la Warner hasta 2019. 28 años después del fallecimiento de Miles Davis, Hall y Giles, los productores originales, rescataron el proyecto, lo remataron y lanzaron al mercado. El resultado, aunque sorprendente por momentos, no llegó a convencer del todo a la crítica, que si bien agradeció el hallazgo lo consideró ‘excesivamente artificial’.
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