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Creadores

Los sonidos maestros que hilvanan la artesanía textil

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Viajamos hasta la Sierra de Guadarrama para conocer el proceso de trabajo de Ábbatte, un taller textil donde todo se hace a mano con fibras y tintes 100% naturales

Por Iñigo Lauzurica Martínez

Como el que silba alrededor de los muros de la Alhambra, el viento de la Sierra de Guadarrama, en Segovia, susurra un secreto. En medio de la nada, custodiadas únicamente por un pinar y un robledal, se erigen las ruinas de una monumental abadía del siglo XIII. Y, tras ella, bañado por los silencios que se cuelan por sus grietas, descubrimos algo tan inesperado como Ábbatte: un taller textil donde todo se hace a mano con fibras y tintes 100% naturales.


Ábbatte


Cuando Elena Gode, auténtica Maestra del Tiempo, puso en marcha Ábbatte, en su cabeza seguramente se aglutinaban ideas como aportar una mirada contemporánea a la tradición artesana, dejando espacio para que el patrimonio también pueda ser protagonista. Tras más de 25 años dando clase en la universidad, decidió poner en práctica aquello que le apasionaba y explicaba cada día a sus alumnos: la artesanía textil.


Activa el sonido del siguiente video para una experiencia completa:

Elena, como los maestros artesanos de Cervezas Alhambra que hace casi cien años abrazaron la fermentación lenta para elaborar Alhambra Reserva 1925, trabaja bajo la premisa de ir al origen de las cosas, sacar lo genuino de ellas y a partir de ahí crear objetos que nos hagan detenernos para poder disfrutarlos. Por eso, todo cobró sentido cuando el monasterio cisterciense de Santa María de la Sierra se cruzó en su camino.


Ábbatte


Construido en el siglo XIII, el edificio pasó a manos privadas con la desamortización de Mendizábal y su progresivo abandono fue limando la piedra hasta reducirla a los vestigios que hoy podemos admirar. Elena adquirió este monasterio, lo rehabilitó y construyó, anexionado a los cimientos originales, una nave de arquitectura moderna para alojar el taller.


Y así, recuperando el pasado para crear un proyecto de futuro, es como comienza esta historia. Una historia fruto del cariño y la dedicación de mujeres que han conseguido detener el tiempo.



Al llegar a Ábbatte nos recibe Camila Lanzas, hija de Elena y diseñadora de producto de la marca. Camila nos conduce hasta el jardín de plantas tintóreas en el que su madre, bióloga por formación, cultiva una variedad de especies que ofrecen un amplio abanico de colores. De ellas se extrae el pigmento que da color a las piezas y aunque tendrían que plantar cantidades infinitas de especies para poder abarcar todas las prendas, mantienen este jardín con un fin didáctico y divulgativo.

Artesanía textil ecológica: todo empieza en la cabaña de tintes

Ábbatte


Al lado del parterre encontramos la cabaña de tintes, a donde Camila nos guía para enseñarnos los procesos de tinción. Este lugar está impregnado de una quietud que estimula nuestros sentidos, los despierta poco a poco y nos conectan con el medio. Sin prisa. Porque, igual que los maestros de Cervezas Alhambra, en Ábbate tienen claro que nada que merezca la pena puede hacerse deprisa. Y que dedicar a cada fase del proceso el tiempo que merece, así como respetar la materia y su naturaleza, es clave para obtener un resultado único y repleto de matices, como el de Alhambra Reserva 1925.


Esa es la filosofía que nos lleva a demorarse y enamorarse de la forma de trabajo de Ábbate. A adquirir verdadera conciencia del valor de esta artesanía textil ecológica.


Ábbatte


Técnicas artesanas que reivindican la creación sin prisa




Camila escoge cuidadosamente las hilaturas que se dispone a teñir. La duración de su tinción varía en función de la cantidad de fibra que necesitemos, pero cada vez que se hace se necesita al menos un día.

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Camila muele lentamente y con pulso firme cada partícula vegetal en el mortero. La observamos callados, como si el mazo fuese capaz de parar el tiempo y acompasara su cadencia con el mismo ritmo que nuestros latidos. Permanecemos quietos mientras nos desvela qué es, verdaderamente, la artesanía textil, pero algo en nuestro interior se ha activado, se mueve.



Colores y sabores para degustar la vida


Ábbatte


Todo este paisaje sensorial estimula nuestra vista, nuestro oído y nuestro tacto con notas orgánicas y colores en su estado más puro. Cromatismos brillantes y penetrantes que nos recuerdan al ámbar intenso de Alhambra Reserva 1925: un tono conseguido tras una fermentación paciente que nos hace vibrar nada más verlo. Y es que, como las piezas de Ábbatte, hay cervezas que no se pueden explicar, hay que sentirlas.


Porque hablamos de una referencia distinguida que reinterpreta el estilo Pilsen Bohemia gracias a uno de los lúpulos más exclusivos del mundo, el lúpulo Saaz, cuyo cultivo se prolonga en el tiempo más de 100 años. Eso y su inspiración artesanal son los secretos que la convierten en una cerveza atemporal, de notas terrosas y florales destinadas a paladares exquisitos. Una cerveza que está marcada por una personalidad particular que solo es posible crear gracias a la calma y el cuidado que se pone en sus procesos.

Ábbatte


Tras seleccionar cuidadosamente la hilatura, Camila enciende los fogones y llena las ollas de agua. Atenta a que no salpique, vierte el pigmento con esmero y, a continuación, introduce las fibras sin prisa. Su delicado chapoteo al hundirse en el líquido remite a historias tan cotidianas como extraordinarias, casi ancestrales. Una vez extraídas, dejamos que las hilaturas sequen con reposo y nos dirigimos al taller.


Al entrar atravesamos La Estancia, la sala polivalente donde en Ábbatte imparten conferencias, cursos y talleres relacionados con el mundo textil. Seguimos el eco de nuestros pasos al andar y por fin llegamos a donde las tejedoras urden con fruición los productos de la casa: mantas, manteles, alfombras, echarpes...


Ábbatte


La tradición corre por las venas de estas profesionales: mujeres de la zona que se enseñaron las técnicas de tejeduría unas a otras y vigilan que no se pierda el método. Maestras del Tiempo que tratan la materia con cariño y aman el trabajo que desarrollan entre urdidores, agujas, canilleras, pesos y planchas.


Ábbatte


En el taller, la dedicación con que hilan hace que la vida rebote en las paredes y produzca sonidos naturales, sin arreglos, sin preparar. El traqueteo de los telares de bajo lizo que utilizan, donde se entrelazan los hilos paralelos y tensos de la urdimbre con la trama, los suspiros de las planchas o las mismas voces de las tejedoras. Es la banda sonora de un proyecto que mantiene vivo un legado milenario.



En este lugar, Ábbatte elabora unas 250 piezas al año, pero no realizan colecciones al uso. Camila explica que "la producción se organiza según los pedidos, aunque también se producen piezas para la tienda con una ligera temporalidad, de invierno/verano".



Un taller de artesanía textil: los matices que orquesta el tiempo

Aquí la importancia del tiempo es vital, no solo porque son procesos manuales, sino porque si se acelerasen, el producto perdería su esencia. Esa esencia de aquello que es auténtico porque es único. Un carácter propio que solo el paso lento de las horas es capaz de construir y que cada pieza de Ábbatte comparte con Alhambra Reserva Roja, cuya maduración larga y reposada le confiere un sabor amargo pronunciado totalmente único.


Ábbatte


Un sabor intenso que esconde matices sutiles y delicados que sorprenden al paladar. Un sabor ligeramente ácido perfecto para degustar en aperitivos y cenas. Porque el cuerpo de esta cerveza y sus notas tostadas maridan a la perfección con platos potentes como quesos curados. Alimentos que se saborean con calma, en encuentros relajados con la familia y los amigos, reuniones preparadas con cariño y de las que disfrutamos cada segundo. Como queriendo alargar, igual que alargamos cada sorbo de una Alhambra Reserva Roja, esos instantes tan especiales.

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Con el cuidado de cada instante y el respeto por los tiempos del proceso en mente, Camila nos hace un recorrido por las fases de creación. Ella diseña los productos: toma "la naturaleza y sus propios colores" como inspiración y elige las fibras en función de su calidez y su grosor. "Los hilos conforman distintos tejidos para usos diferentes, así que, dependiendo del uso que se le vaya a dar a la pieza escogemos fibras más gruesas o finas, cálidas o frías, rugosas o suaves", relata.


Ábbatte


Una vez concibe la pieza, se teje y, por lo menos, tres personas intervienen en su elaboración, que acaba cuando se dan los últimos toques. En este caso, la marca de la casa es "el acabado de las mantas hecho a mano con aguja sobre el telar". Ese es su sello: el detalle. En Ábbatte saben que son las cosas pequeñas las que engrandecen el producto y marcan la experiencia.


Ábbatte


Porque, al final, es eso lo que cuenta. La experiencia de vivir las cosas con calma para poder disfrutarlas al máximo. Dejar que una Alhambra Reserva 1925 se expanda por el paladar y, poco a poco, desplegando sus matices, convierta ese momento en uno para recordar. Uno cotidiano que, regado por los aromas florales y el tacto aterciopelado de esta cerveza, se convierta en extraordinario. Un momento que nos encamine a dejar fluir nuestro deseo más latente: saborear cada momento. Sin prisa.


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