Maestros del tiempo
De sabor intenso y textura irresistible. Preparar cremas de frutos secos en casa es una de las mejores formas de poner en modo otoño nuestras recetas e instantes.
Por Esther Morales
Nada más llega noviembre, el aroma de los asadores de castañas impregna todas las ciudades, los bosques acogen el sonido hueco de las avellanas y las turroneras tradicionales empiezan a convertir la almendra en el dulce más navideño. Quizás por eso, junto a setas, calabazas y chirimoyas, los frutos secos tienen el privilegio de ser uno de los grandes emblemas del otoño.
No todos, porque algunos reservan su cosecha para otros momentos del año. Pero no hay duda de que esta es una de las épocas en las que más se disfrutan. Casi siempre, como complemento en los postres de la temporada, que alegran meriendas e instantes dulces. O incluso en los guisos, que nos ayudan a sobrellevar mejor las jornadas de frío.
Sin embargo, en los últimos tiempos se ha popularizado otro tipo de elaboración que nos permite exprimir al máximo la esencia de cacahuetes, pistachos o nueces. Son las cremas de frutos secos, aptas para disfrutar por sí solas o para incorporar a cualquier tipo de receta -de la más sencilla a la más elaborada- y maridar con las diferentes variedades de Cervezas Alhambra. Una propuesta en la que todo es cuestión de sabor y textura y que podemos elaborar sin prisa para sacar el mejor partido a cada ingrediente.
Crema de cacahuetes
Salvo en algunas excepciones, la premisa para obtener la mejor textura en las cremas de frutos secos es pasarlos antes por el horno para darles un toque tostado. Y en la de cacahuete, uno de los básicos de las meriendas estadounidenses, también se recomienda eliminar la mayor parte de la fina cáscara que recubre a cada semilla.
Luego, solo tendremos que batir los cacahuetes -o pasarlos por un procesador de comida- y envasar la crema, preferiblemente, en un bote de cristal. Una vez terminada, la podemos utilizar de muchas maneras: con un poco de manzana troceada, en un porridge de avena para el desayuno o en el clásico sándwich con mantequilla de cacahuete y mermelada. Claro que si buscamos darle usos mucho más originales, nada como incorporar la pasta en estofados, como el delicioso mafe senegalés.
Crema de pistachos
Probablemente, la más sofisticada de las cremas de frutos secos. No es de extrañar que la haute patisserie française recurra a este ingrediente como relleno para los mejores croissants y pasteles.
En casa podemos hacer una versión salada -con un toque de sal gruesa al término del procesado-, o emular a los pasteleros galos con una mezcla a base de crema de pistacho y chocolate blanco. Un mix ideal para lograr un aspecto glaseado. Sin duda, se convertirá en el mejor recurso para elevar tus postres y, además, darles un bonito toque verde.
Crema de almendras
Lo mejor de la crema de almendras es que las podemos preparar en versión cruda o tostada. Sí que es conveniente evitar la piel para procesarla y, sobre todo, ser muy pacientes si queremos obtener la característica textura oleosa. La alternativa tostada tostada es un buen complemento para tablas de queso, para helados o para recetas dulces tradicionales, como las casadielles asturianas, cuyo relleno de nueces podemos sustituir por esta mezcla.
Además, su sabor es perfecto para maridar con Alhambra Reserva 1925, que combina a la perfección con las almendras fritas o tostadas por su característico amargor y sus notas florales. Incluso, podemos decantarnos por la versión MINI de esta variedad tan icónica, muy recomendable para acompañar pequeños momentos, como los instantes de sabor que nos regala esta crema.
Crema de castañas
Ahora que están de temporada, llegan los días perfectos para utilizar las castañas como ingrediente universal en la cocina. Además, su propia naturaleza es perfecta para conseguir un resultado untuoso y de notas dulces en la crema. En su caso, antes de pasarlas por la batidora es importante marcar cada castaña con un cuchillo y tostarlas en una sartén grande, tipo wok. En el caso de que queramos que su sabor tenga más presencia, las podemos pelar y darles otro ligero tueste en el horno.
La crema de castañas también es una buena base para cocinar un sabroso untable, que se prepara incorporando a la mezcla berenjena asada y aceite. También se le puede añadir un poco de limón y tahini, y hacer una versión diferente del baba ganush (la tradicional pasta de la gastronomía árabe). El resultado es una elaboración dulce y aromática que puede maridar muy bien con las notas frescas de Alhambra Singular, la variedad idónea para combinar con las verduras en su jugo.
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