Un guiso milenario para compartir y disfrutar con el proceso. Auténtico sabor a China en una experiencia que se ha colado entre las tendencias del momento.
Por Esther Morales
Existe una deuda que Occidente tiene con la cocina china. Quizás porque reducir la amplísima gastronomía del gigante rojo a pollo con almendras y arroz tres delicias nos ha hecho perdernos grandes platos. Por hacer una comparación, sería como hacer un recorrido por las recetas más icónicas de España -la tortilla, la paella, el gazpacho…- y obviar nuestros guisos, embutidos o pescados.
China, en todo su esplendor, es un país de contrastes y, sobre todo, de mucho sabor. Se percibe en sus delicias cantonesas, en los toques especiados y picantes de de Sichuan, o en el magistral uso del vapor en las regiones del Tíbet. Por eso, en un intento por enmendar esa deuda con su gastronomía, a este lado del globo hemos empezado a abrazar una tradición milenaria como es el hot pot (o huo guo, en chino).
Una olla caliente, un festín de ingredientes y tiempo para compartirlo. Son las claves de un concepto gastronómico que, como Cervezas Alhambra, representa el valor de la creación sin prisa. Nos adentramos en los mundos de este legado culinario, que apunta a levantar tantas pasiones como lo hizo en su día el famoso ramen.
De olla dinástica a tendencia en Instagram
Se calcula que el hot pot tiene unos 4.000 años de historia. El caldero mongol, como también se le conoce, no es un simple plato, sino que es una experiencia comunitaria en la que todos participan. Y no solo comensales… también multitud de ingredientes, que se preparan para sumergirse en el caldo como si de una fondue oriental se tratara.
Reconfortante, económico y versátil. Probablemente, las razones por las que este guiso se extiende hoy en día por prácticamente todas las regiones chinas. Y en parte es porque en esta olla hay cabida para la amplia amalgama de alimentos de China, desde las mejores carnes y pescados, a las setas y hortalizas orientales, que son en sí toda una institución.
Seguro que nadie, en los tiempos de las Dinastías Shang y Zhou, hubiese sospechado que Occidente se rendiría ante un plato mongol. Pero lo cierto es que Instagram ha hecho mucho por convertir esta olla en una experiencia estética y sofisticada. Casa siempre, con la versión del hot pot de dos caldos -suave y picante-, carnes de primera como el guanyu, fideos frescos y las más peculiares verduras de China.
Toda una tendencia culinaria que copa los perfiles de recomendaciones y experiencias, como en su momento también lo hizo otro guiso asiático: el ramen. Lo que sí está claro es que, sea por moda o por simple interés, merece la pena acercarse a alguno de los múltiples locales chinos que preparan esta delicia y vivir la magia del hot pot de primera mano.
Un caldo para compartir sin prisa
El hot pot es un ritual y, como tal, tiene como eje central el caldo caliente. El más habitual se elabora con pollo, jengibre, bayas de goyi y especias. Aunque, eso sí, los más atrevidos se suelen decantar por una versión más picante, que contiene diferentes tipos de chiles y pimientas.
Tanto uno como son perfectos para maridar con cerveza, que es como se suele hacer también en los restaurantes de China. Variedades como Alhambra Reserva 1925 o Alhambra Singular, de perfil fresco y equilibrado, son ideales para crear un buen contraste con los diferentes sabores del hot pot.
En conjunto, se trata de una experiencia sin prisa. A la vez que disfrutamos la cerveza, podemos ir sumergiendo los diferentes ingredientes para iniciar su cocción. Mientras, en una mesa, nos esperan carnes de todo tipo, pescados y los más codiciados mariscos. También puñados de fideos y, por supuesto, verduras que funcionan bien en guisos, como el pak choi, la lechuga tatsoi o los brotes frescos.
La culminación del hot pot la encontraremos, por último, en sus salsas. Su oferta saporífera va desde el dulzor más intenso hasta lo picante, lo que es toda una invitación a la combinación y testeo. ¿El objetivo? Conseguir que cada momento frente al esta olla caliente sea inesperado y diferente al anterior. Y esa, sin duda, es la mejor forma de rendir homenaje a una cultura y una gastronomía apasionantes.
Imágenes | aussiebeeflambid, legend_hot_pot
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