De trigo, de arroz, de algas o de batata. Asia esconde en sus cocinas un sinfín de variedades de fideos que son toda una fuente de inspiración para nuevos guisos de temporada.
Por Esther Morales
Hay algo en la cocina que nos hace conectar con nuestras propias reminiscencias. Son las que despiezan cada plato, por exótico que sea, para dar con sabores y emociones que forman parte de nuestra experiencia. Es como esa sensación reconfortante que hallamos en los guisos internacionales o en la intensidad de las setas de temporada, presentes tanto en el ramen nipón como en nuestros estofados favoritos.
Al final, es la fórmula para encontrar lo conocido en lo desconocido… para descubrir que es más lo que une nuestras culturas que lo que las separa. Igual que ese primer trago a Alhambra Reserva Roja, que nos traslada a otoños e inviernos pasados, y a deliciosos bocados de embutidos, quesos curados y guisos de carne. Pero que también es una invitación para encontrarnos con la complejidad de la cocina india, latinoamericana o asiática.
De hecho, en esto de encontrar factores comunes en lo culinario no hay quien gane a la tradición asiática en torno a la pasta. Porque lo suyo no son espaguetis a la italiana, ni fideos para la sopa de cocido. Pero sí ingredientes como el arroz, el trigo, el huevo o las algas, que son el cimiento que da pie a un amplio espectro de fideos. Como estas tres variedades que nos hemos propuesto descubrir a través de algunas de sus recetas más icónicas.
Fideos de ramen
Quizás este sea el tipo de guiso que más se ha popularizado entre nuestras fronteras durante los últimos años. Y es que es difícil resistirse a este variado caldo con carne, huevo, shiitake y verduras a diferentes grados de cocción. Aunque, sin duda, el toque distintivo lo aportan sus fideos de ramen, elaborados solo con harina de trigo, agua, sal y kansui (un tipo de agua responsable de su color amarillento).
Como curiosidad, es importante saber que, a pesar de que el anime haya popularizado su versión rizada, lo cierto es que es posible encontrarlos en múltiples formas (desde los más delgados y rectos, a los más gruesos y planos). La excusa definitiva para seguir probando todas sus versiones en la cocina y dejar que la magia del ramen impregne nuestros paladares.
Fideos de arroz
El cultivo asiático por excelencia, el arroz, es también la fuente de inspiración de multitud de fideos, con texturas y acabados muy diferentes. A veces, incluso, en forma fresca y viscosa o inflada y crujiente. Sin embargo, a pesar de que sean más conocidos en elaboraciones salteadas, como en los sabrosos pad thai, en sus países de origen se suelen utilizar mucho para guisos ligeros.
Para muestra, la sopa pho bo vietnamita, que combina un caldo de lo más aromático con carne de ternera y noodles de arroz. Ideal para acompañar con una cerveza fresca y de perfil equilibrado, como Alhambra Singular. Una lager con la que podremos explorar aún más el rico contraste de la selección de verduras de esta sopa.
Videos vermicelli
Los fideos vermicelli se han popularizado mucho a raíz de una tendencia culinaria que llega directa desde China, el hot pot. No es un simple plato tradicional, sino que es todo un ritual de reunión que permite disfrutar la magia del estofado con diferentes ingredientes, cocciones y sabores.
Los fideos que se introducen en él suelen tener un acabado brillante (como el de los fideos de cristal coreanos) y se elaboran con ingredientes como el arroz, el boniato o la tapioca, entre muchos otros. Para el hot pot se utilizan por su rapidez de cocción, lo que permite a los comensales alternar la experiencia con carnes, vegetales y dos tipos de caldos, que suelen diferenciarse por el grado de picante.
Para este ceremonial culinario tan especial y sin prisa, lo mejor es acompañar la velada con un maridaje a la altura. Puede que con un clásico que usamos en los guisos nacionales, como Alhambra Reserva Roja, de aroma complejo y gusto amargo (y pronunciado). Un acompañamiento que casará a la perfección con las carnes rojas del hot pot, con su variedad de setas y con los fideos vermicelli, cocinados en el más intenso de los caldos.
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