Imagina un festival con tus artistas favoritos, una ubicación espectacular, atmósfera de celebración y un extra añadido: cada paso que das, cada canción que coreas y cada cerveza que disfrutas forma parte de una revolución verde.
Por Cervezas Alhambra
Los festivales de música han iniciado un cambio de rumbo hacia la sostenibilidad y sus promotores son cada vez más conscientes de la necesidad de aplicar medidas alineadas con el Compromiso Act 1.5, inspirado en el Acuerdo de París que busca frenar el calentamiento global conteniendo el aumento de la temperatura del planeta a un máximo de 1,5 grados. Urge minimizar la huella de carbono de estos eventos, aunque también es importante mantener el nivel de diversión en lo más alto.
Cuando pensábamos en cómo serían los festivales del futuro no éramos del todo conscientes de que dicho futuro corría a nuestro encuentro a toda velocidad. Los organizadores han tomado conciencia del impacto ambiental de estos eventos y abrazado la sostenibilidad, por lo que ahora buscan cómo reducir sus emisiones de carbono, contener la producción de residuos y adoptar fuentes de energía 100% limpias a la hora de ejecutar todos sus procesos.
Metas tan ambiciosas requieren de un diagnóstico inicial extremadamente minucioso para poderse llevar a cabo con éxito. Y hay que tener en cuenta que cada festival es un mundo. Organizaciones como A Greener Future, entidad ambiental británica sin ánimo de lucro que ayuda a promotores y eventos de todo el mundo a ganar en sostenibilidad, corren a su auxilio y realizan auditorías a medida encaminadas a elegir ubicaciones que ayuden a reducir residuos y emisiones de CO2, sustituir el uso de materiales nuevos por reciclados, seleccionar productos de temporada y proveedores locales para diseñar los menús…
¿Su fuente de inspiración? La gira Carbon Neutral World Tour de Radiohead, quienes en 2008 se convirtieron en pioneros al reducir a niveles mínimos su huella de carbono en los transportes, la energía de los equipos de sonido o el catering. Una línea de actuación que más tarde seguirían otros artistas como Coldplay, Pearl Jam, Billie Eilish, Maroon 5, Jack Johnson o Gorillaz en sus tours.
Uno de los eventos que ha marcado un punto de inflexión ha sido el festival Act 1.5 de Bristol, inspirado en el Acuerdo de París y organizado el pasado agosto por la icónica banda de trip hop Massive Attack. Bajo el lema “Decarbonising music”, ha servido como banco de pruebas para demostrar que la industria musical puede alinearse con la sostenibilidad sin perder de vista sus objetivos. Con una apuesta firme por la energía 100 % renovable, este festival no solo ha evitado el empleo de generadores diésel, también ha implementado iniciativas tales como incentivos para desplazarse en tren, distribuir comida de origen vegetal o la plantación de 19.000 árboles autóctonos.
Los responsables de coordinar este evento diseñaron su plan de acción mano a mano con los expertos en sostenibilidad del Tyndall Centre for Climate Change Research, Ecotricity y Zenobe Energy. Desde la gestión responsable de residuos hasta el uso de urinarios ecológicos, todo fue meticulosamente supervisado. El Act 1.5, toda una declaración de activismo verde, no solo brindó una experiencia musical inolvidable, sino que envió un mensaje claro al mundo: los festivales pueden y deben ser parte de la solución climática.
Uno de sus enfoques más destacables consistió en emplear energía solar y otras fuentes renovables para alimentar el funcionamiento de las luces y el sonido. Una prioridad absoluta si tenemos en cuenta que, tal y como explican los promotores, sólo en el Reino Unido los festivales consumen más de 12 millones de litros de combustible para mover una auténtica legión de generadores eléctricos. Y, según añaden, el 65% de la energía que producen estos generadores se acaba malgastando.
Esta iniciativa, que ha supuesto evitar emitir 5,3 toneladas de carbono a la atmósfera, no es ninguna acción exclusiva del festival Act 1.5. Otros eventos, como el DGTL de Ámsterdam, también han demostrado que es posible generar energía in situ gracias a la combinación de paneles solares y baterías ecológicas, reduciendo la dependencia de los generadores diésel.
El DGTL, que cuenta ya con ediciones en Tel Aviv, Mumbai, Nueva Delhi, Santiago de Chile y São Paulo, es considerado como el ‘primer festival circular del mundo’. Y se ha ganado este título por emplear materiales de construcción reciclados para erigir todos sus escenarios y estructuras, reducir drásticamente el consumo de agua potable y reutilizar el flujo de residuales al máximo de sus posibilidades, entre otras acciones.
Una nueva manera de planificar y llevar a cabo festivales que sus responsables quieren extender por todo el mundo convirtiéndose en la primera organizadora de eventos regenerativos a escala global. Para lograr este objetivo, rastrean constantemente los últimos avances tecnológicos en recursos, energía, movilidad, saneamiento y alimentación con el objetivo de optimizar el ciclo útil de todos los productos y materiales usados en estos eventos.
Obviamente, la gestión de residuos es otra de las claves. Se acabó aquello de avanzar hacia el escenario pisando una alfombra de vasos de plástico. Muchos festivales están implementando sistemas de ‘residuo cero’, promoviendo el reciclaje y la reutilización. Diversos organizadores han introducido el concepto de ‘recompensa por reciclar’, donde los asistentes pueden canjear todo tipo de elementos desechables por tokens que les conceden descuentos en merchandising o bebidas. Una forma inteligente de integrar la sostenibilidad en la diversión.
Otra de las grandes fuentes de emisiones de carbono relacionada con los festivales procede del transporte. Miles de personas viajando en coches, aviones y autobuses para alcanzar su destino… El reto para atajar el problema es enorme. Algunos eventos han comenzado a tomar medidas para desacelerarlo ofreciendo, por ejemplo, descuentos en las entradas para los asistentes que se desplacen en transporte público o que compartan coche. La implantación de vehículos enchufables para moverse dentro de los recintos, desde patinetes hasta coches eléctricos, es otra de las medidas que ya se están aplicando por parte de muchos festivales.
Los festivales son eventos cada vez más populares y relevantes dentro de la cultura del siglo XXI. Su crecimiento ha provocado una profunda transformación en la industria musical y la sostenibilidad se está convirtiendo en parte fundamental de ese cambio. Si la música implica realmente compromiso, pasión por los detalles y amor por los orígenes, ha llegado el momento de demostrarlo a todos los niveles, incluso en el ambiental.
|
FOTOS | UNSPLASH
Compartir