De Alhambra Reserva 1925 a Las Numeradas, cada variedad de la casa granadina cuenta su propia historia en sus sabores, aromas y matices, pero también en sus singulares etiquetas
Por Eva Gracia
En 1925 en Granada, un grupo de lo que hoy llamaríamos emprendedores se unió con un claro objetivo: elaborar una cerveza a la altura de La Alhambra. El reto era de tamaña envergadura, pues la fortaleza roja era y es un monumento tan seductor como expresivo, sugerente y conquistador de solo un vistazo.
Con este impresionante conjunto flanqueado por montañas como inspiración y razón de ser nació en 1925 Cervezas Alhambra, una casa en la que reinan el oficio y la intuición. En la que los orígenes se reivindican, pero trasladándolos al presente para perpetuarlos. Una casa cervecera en la que se asume la belleza de la imperfección, fruto de ese nacimiento artesanal; en la que, como ocurre en los proyectos cargados de personalidad y de historia, se mima cada detalle. Del sabor y los matices a las botellas y etiquetas que envuelven cada elaboración.
Las etiquetas de Cervezas Alhambra son toda una declaración de intenciones, un lenguaje propio, una forma de ver el mundo y la luz que, al contacto con el vidrio, se divide en mil haces, cada uno diferente, cada uno singular. Las etiquetas de Cervezas Alhambra cuentan una historia de originalidad, tiempo y sentidos; un relato que trasciende el oro líquido que contiene cada botella. Y esta es la historia que subyace en cada una de ellas.
Alhambra Reserva 1925
El buque insignia de Cervezas Alhambra, una receta que se lanzó en 1997 con un claro guiño al nacimiento de la casa en su nombre y su presentación. Porque la etiqueta de Alhambra Reserva 1925 es, paradójicamente, la ausencia de etiqueta. Al menos, de una al uso, de papel y adherida al vidrio.
En Alhambra Reserva 1925, toda la botella hace las veces de etiqueta. Ese vidrio de color verde se ha convertido en todo un icono, pero ¿por qué se apostó por él? Se trata de una réplica de las primeras botellas talladas que vieron la luz en la fábrica de Granada que inició sus operaciones hace casi un siglo.
Cuenta la leyenda que la idea de la “no etiqueta” se le ocurrió a un maestro cervecero al observar el vidrio al trasluz de un atardecer en Granada y contemplar la magia de los rayos del sol sobre la botella. Otra historia habla de un artesano del Albaicín, que, experimentando en su taller con el vidrio, atisbó el potencial de este material para, sin aderezos de papel, transmitir la personalidad de esta cerveza. Pero lo cierto es que esta particular “no etiqueta” nació del fruto de la casualidad de una máquina etiquetadora que dejó de funcionar, y una decisión creativa que resultó un gran acierto.
Ese vidrio verde con el nombre de la cerveza en relieve introduce, además, el sentido del tacto en la experiencia de consumo de una Alhambra Reserva 1925. Porque esta cerveza no solo se disfruta con el paladar, sino también con las manos. Es una cerveza que no solo se saborea, sino que se siente. Y, para ello, hay que detenerse, escuchar con las manos, observar con las yemas de los dedos, experimentar con los cinco sentidos y el tiempo como vigía.
Alhambra Especial
Una cerveza pensada para acompañarnos en el día a día, para llenar la cotidianeidad de momentos únicos. De carácter sencillo, pero igualmente sugerente, su personalidad se refleja en su etiqueta, llena de símbolos y detalles que solo se observan cuando nos detenemos, prestos a observar con los cinco sentidos… y el tiempo como potenciador, como sexto sentido que redondea al resto.
La etiqueta de Alhambra Especial está coronada por la celosía, símbolo de la casa y tomada del Palacio Real de La Alhambra, un lugar repleto de matices, de misterios, de magia. El color dorado domina en el contorno de la etiqueta y en la propia palabra Alhambra, pues es todo un símbolo de la elegancia, la experiencia y el brillo de los días comunes que se transforman en singulares.
De acabado mate, para subrayar el carácter especial de esta cerveza, su etiqueta es más visual que textual, pues hay ocasiones en las que el diseño expresa más que las palabras. Eso sí, un lugar y una fecha redondean la etiqueta de Alhambra Especial: Granada, 1925. Una firma que nos traslada al origen de la casa cervecera, a su tradición y saber hacer.
Alhambra Reserva Roja
Etimológicamente, la palabra Alhambra significa “castillo rojo” y esa es la clara inspiración de Alhambra Reserva Roja. Los maestros cerveceros de la casa granadina, con esta singular elaboración, quisieron rendir homenaje al tono bermellón que tiñe los atardeceres sobre este monumento.
Se trata de una cerveza de consumo reposado, que respira también la magia y los matices que la luz despliega cuando atraviesa las celosías de la fortaleza roja. Por eso, y al igual que en Alhambra Reserva 1925, la etiqueta está ausente en esta elaboración: se concede todo el protagonismo a la botella, a los destellos que muestra cuando la luz la cruza. Toda una invitación a descubrir la belleza que se consigue cuando la dedicación, la pasión por el detalle y el tiempo entran en la ecuación.
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Alhambra Reserva Esencia Citra IPA
Esta elaboración es la aproximación subjetiva y artística de Cervezas Alhambra al mundo de las IPA. ¿Su principal característica? El uso de un único lúpulo, la variedad citra. No es una IPA como las demás, por eso su etiqueta tampoco es anodina. De hecho (y de nuevo) no es una etiqueta en papel al uso, sino serigrafiada en la propia botella, lo que le aporta distinción y nos recuerda la importancia del tacto en el universo de Cervezas Alhambra.
La peculiar etiqueta de Alhambra Reserva Esencia Citra IPA está dominada por una mancha rociada, una explosión de frescor que nos evoca los muchos matices de esta cerveza y que nos adentra en el túnel de sensaciones que es esta variedad. El diseño, en este caso, comunica sin palabras, que quedan en lugar secundario. Porque las palabras no hacen justicia a esta IPA: no se puede explicar, hay que sentirla.
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Alhambra Baltic Porter
Una cerveza creada lenta… y de degustación lenta. Alhambra Baltic Porter está pensada para desafiar a nuestros sentidos, para evolucionar con el tiempo, para mostrarnos sus matices poco a poco. Es una cerveza que tarda en descubrirse, pero aún más en olvidarse.
Ese halo de misterio, de subjetividad y de interpretación reviste también la etiqueta de esta elaboración, en la que la propia cerveza es la ilustración. Todo, con el objetivo de que la cerveza estimule también la vista y traslade al diseño ese concepto de evolución en el tiempo. ¿Cómo? Con el uso de manchas abstractas que se expanden, nos generan intriga y aluden a una complejidad de sabores y aromas.
La etiqueta de Alhambra Baltic Porter es un claro guiño a la vinculación de Cervezas Alhambra con el arte contemporáneo, al que apoya desde su plataforma crear/sin/prisa. Reinterpretar la cerveza en clave artística, y llevar esa interpretación a la botella de una elaboración tan personal como curiosa y sorprendente. ¿Acaso no es esto la cuadratura del círculo?
Alhambra Barrica de Ron Granadino
Englobada, también, dentro de la gama de Las Lentas, al igual que Alhambra Baltic Porter, Alhambra Barrica de Ron Granadino es una de esas cervezas concebida para degustar con tiempo, para dejarse llevar y sorprender, para saborear cada trago, que se antoja distinto al anterior.
El propio nombre de la cerveza, descriptivo y alejado de los códigos comerciales, nos habla de su honestidad, pero también de su carácter artesanal, pues es una cerveza envejecida en barrica de ron: cada una distinta, cada una capaz de aportar unos matices diferentes.
A su modo, no hay dos iguales, igual que ocurre en las creaciones artesanales. Y la artesanía contemporánea es otro de los amores de Cervezas Alhambra, que lleva en su ADN ese espíritu fundacional de elaboración manual, pero readaptado a los nuevos tiempos, nuevas tendencias y nuevas demandas de la sociedad.
¿Cómo se traslada ese concepto a la etiqueta de Alhambra Barrica de Ron Granadino? El monotipo de una sección de un tronco de árbol es el protagonista de este diseño. Pero, para crearlo, no se han empleado métodos digitales, sino un proceso totalmente artesanal: selección de las maderas, corte y lijado, quemado, cepillado y limpieza del tronco, entintado e impresión sobre papel de dicho monotipo, que funciona como base de la etiqueta.
Las Numeradas
Son las creaciones más experimentales de Cervezas Alhambra, resultado de la pasión de la casa granadina por ir un paso más allá, por desafiar los límites del universo cervecero. Pensadas como una edición limitada, Las Numeradas responden a un claro espíritu artesanal, el de los maestros cerveceros que crean y experimentan en el taller de pruebas.
De nuevo, esa personalidad se traslada a la presentación: son cervezas embotelladas en recipientes de 0,75l. Y cada una de las series es especial: en el caso, por ejemplo, de la Serie nº 3. Jerez., un artesano intervino cada botella, las numeró y ayudó a dar forma al concepto que unificó estas elaboraciones. Además, la gama completa de Las Numeradas se comercializa en un conjunto que incluye un libreto, a modo de novela ilustrada, en el que se explica el proceso de cada elaboración, así como el modo de disfrutarlas en su máximo esplendor.
De Alhambra Reserva 1925, un clásico atemporal en el entorno cervecero nacional, a creaciones tan novedosas y particulares como Alhambra Barrica de Ron Granadino, cada variedad de Cervezas Alhambra esconde una singular historia, y sus etiquetas son las encargadas de relatarla.
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