Es Tendencia - Gastronomía
Frutas de invierno más allá de los cítricos: guía para saborear la nueva estación
De sabores intensos y texturas únicas, las frutas invernales ofrecen más de lo que parece. Conoce las frutas que transforman los días fríos en un festín para los sentidos
Con la llegada del invierno la despensa se vuelve a transformar. Pasadas las estaciones de esplendor, como el verano con sus frutas de hueso y el otoño con sus pequeñas joyas repletas de sabor, es habitual pensar en esta época como una de las menos apabullantes para la cesta de la compra.
Sí, los árboles se tiñen con el naranja y amarillo de los cítricos, pero acostumbramos a ignorar a todo un abanico de frutas igualmente fascinantes. Perfectas para incorporar al frutero de casa o para incluir en elaboraciones de temporada, estas variedades estacionales se suman cada año al tren invernal con sabores complejos, texturas intrigantes y todo un caudal de beneficios para llevar mejor los días cortos y las noches largas.
Desde opciones exóticas que evocan paisajes lejanos hasta variedades locales que resisten el rigor de las heladas, te contamos las claves de cuatro frutas de invierno para mirar más allá del limón y las mandarinas.
La granada: el tesoro rubí de cada invierno
La granada, con su cáscara firme y sus semillas jugosas, es una de las frutas más elegantes del otoño e invierno. Por todos es bien conocido su sabor, donde encontramos un equilibrio perfecto entre dulce y ácido. No obstante, conviene aprovechar bien su paso por las fruterías, pues su temporada no suele pasar más allá del mes de enero.
Se puede disfrutar sola, como postre o ración de fruta diaria, pero también funciona a la perfección para dar un toque de sabor en ensaladas o, incluso, en arroces con gran presencia de especias, como los que se preparan en Oriente. Es también un excelente acompañante para la berenjena asada, que podemos caramelizar con un chorro de salsa de soja y culminar con unos pocos granos. Marida el plato con una variedad como Alhambra Especial, la que mejor funciona con verduras, y obtendrás el combo perfecto para este invierno.
Chirimoya, la fruta tropical de los meses fríos
Con su pulpa blanca, cremosa y un sabor que combina matices de plátano, piña y fresa, la chirimoya se ha convertido, por excelencia, en todo un capricho invernal de origen tropical. Viene a demostrar que no todas las frutas exóticas son sinónimo de verano y calor, pues su mejor temporada coincide precisamente con los meses de más frío en España.
Se trata de una fruta originaria de los Andes que, con su auge, ha encontrado un reducto nacional en el que crecer: la famosa Costa Tropical de Andalucía. Se consume mejor fresca, con cuchara, aunque su maduración es rápida y conviene no perderla de vista cuando está ya en el frutero de casa. Además, es habitual encontrarla en postres tradicionales, como bizcochos, puddings o a modo de mermelada, donde su dulzor natural y su textura suave destacan por sí solos.
Kiwi: un pequeño sinónimo de salud
El kiwi se puede conseguir en la frutería prácticamente durante todos los meses del año. No obstante, su punto óptimo llega en invierno, cuando además los encontraremos con más sabor y mayor tamaño. Es un excelente aliado para esta temporada en la que las defensas acostumbran a bajar, ya que no solo está cargado de fibra, sino que contiene también vitamina C y antioxidantes.
Pocos saben, además, que la planta en la que crece es una especie de enredadera gigante que agradece las bajas temperaturas y los ambientes húmedos. Por su parte, el kiwi verde, más ácido, es frecuente en elaboraciones como ensaladas, aunque también ha comenzado a tomar su sitio en sofisticadas tablas de quesos y embutidos. Como alternativa tenemos también el kiwi amarillo (o dorado), que es un poco más dulce y se puede emplear en tartas u otros postres.
Fresas: el pretexto para soñar con la primavera
Se asocian los frutos rojos a la primavera, pero en España tenemos varias zonas de cultivo que nos permiten disfrutar las fresas desde las primeras semanas del invierno. Es una de las frutas más dulces y delicadas, y cada bocado es como un spoiler de los sabores y colores que llegarán a nuestra cesta en cuanto vuelvan a subir las temperaturas.
Lo mejor de esta fruta es que es muy versátil, de forma que podemos preparar con ella batidos, mermeladas, salsas, aliños y, por supuesto, un postre tan universal como las fresas con nata. En las elaboraciones saladas funcionan muy bien con un compañero como el tomate, por lo que son ideales para elaborar un tartar de frutas; o quizás para una bruschetta, con un poco de pesto y burrata, que recomendamos maridar con Alhambra Reserva 1925 para realzar sus notas frutales y su perfecto equilibrio entre dulce y amargo.
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