¿Puede haber una forma mejor de celebrar el 40 aniversario de la película ‘Purple Rain’ (1984) que pasar una noche junto a Wendy & Lisa, las míticas integrantes de The Revolution, rindiendo homenaje a Prince, el genio de Minneapolis, en la casa en la que se rodó parte de la película?
Por Cervezas Alhambra
Aunque suene increíble, este viaje en el tiempo en busca del universo púrpura es una realidad desde el pasado septiembre. Wendy Melvoin y Lisa Coleman, miembros de la legendaria banda de acompañamiento de Prince durante los años 80, coprotagonistas de la película y posteriormente creadoras del dúo Wendy & Lisa, se han pasado al sector inmobiliario por una buena razón: recuperar la icónica casa en la que residía The Kid, el mítico personaje interpretado por Prince en el filme, y convertirla en un santuario para hacer felices a todos los fans del artista. Acompáñanos para conocer hasta el último de sus detalles.
Purple Rain House. Cada rincón de esta casa habla de Prince y de su legado cultural. Un auténtico sueño para cualquier admirador del músico. Aquel refugio que descubrimos en la película, ganadora del Oscar a la mejor canción original por ‘Purple Rain’, ha sido reformado al milímetro y reconvertido en un homenaje al espíritu y la vida del artista. Vivir literalmente dentro del mundo púrpura de Prince, inmerso en una experiencia sensorial completa, es ya una realidad al alcance de cualquiera.
Lo que en su día fue una sencilla localización en el barrio Longfellow de Minneapolis, hoy es todo un templo dedicado al genio. Cada pequeño elemento, desde el terciopelo de las paredes hasta los muebles meticulosamente restaurados, los estampados de leopardo o las bolas de espejos, refleja la estética de una época en la que Prince y su música lo dominaban todo.
Este espacio ha sido rediseñado con tanto cariño que parece congelado en el tiempo, listo para que los visitantes puedan explorarlo como si fuera 1984. En su interior habita una colección de objetos cuidadosamente seleccionada que incluye vestuario original, instrumentos, armarios reconvertidos en auténticas vitrinas de museo llenas de memorabilia y hasta la famosa bañera de ‘When Doves Cry’. Exactamente la misma que aparece en el videoclip de la canción.
Wendy & Lisa, amigas y confidentes del artista, ejercen personalmente de anfitrionas en esta aventura repleta de nostalgia e impactos sensoriales. Nada más llegar, el visitante es recibido por una atmósfera que combina las fragancias favoritas de Prince en un pequeño ‘bar de aromas’ especialmente ideado para revolucionar el olfato. A continuación, llega la invitación a participar en una sesión de spa inspirada en ‘When Doves Cry’: la ya mencionada bañera con patas, vidrieras que juegan con la luz para recrear la atmósfera del videoclip y una colección de albornoces y mascarillas 100% exclusivos.
Todo está pensado para lograr la máxima conexión con el mundo de Prince. En el ‘salón de las musas’, los invitados pueden tocar la guitarra, la batería y el bajo, e incluso disponen de una aplicación que puede enseñarles a tocar ‘Purple Rain’.
La banda sonora es, evidentemente, el plato fuerte de la experiencia. El menú arranca con una selección única de cassettes vintage rebosantes de música de los 80, algunas de las canciones que inspiraron a Prince y temas que marcaron aquella era irrepetible. Un ambiente envolvente que busca hacer sentir a los huéspedes que el artista podría estar allí, componiendo justo en la habitación de al lado. Si el visitante se compromete con la puesta en escena puede utilizar el vestidor de los años 80, con prendas inspiradas en su estilo y un gigantesco espejo para sentirse como The Kid por una noche. Aún hay un detalle más, la guinda del pastel. La casa contiene una puerta secreta con una clave sólo al alcance de los fans más observadores. Aquellos que logren activarla sin la ayuda de las anfitrionas descubrirán una sala privada repleta de tesoros de Prince: vinilos exclusivos, objetos de colección y… Muchas sorpresas. Los más afortunados recibirán recuerdos de esta búsqueda del tesoro, una oportunidad de sentirse más cerca del artista y añadir un poco de misterio a la experiencia.
Después de una intensa noche explorando los misterios y el legado de Prince, llega el momento de descansar en el dormitorio de The Kid, situado en el sótano e idéntico al de la película. Incluso cuenta con el graffiti de los ojos en el cabecero. Y, si aún dispone de energía, el visitante podrá curiosear entre la colección personal de cassettes del músico, un impresionante catálogo que incluye una maqueta inédita de una de sus canciones, todo un regalo para los oídos. Después de conocer los secretos que encierra esta casa tan especial, a los fans del músico sólo les queda entonar un ‘Let’s go crazy!’ y bucear en internet a la búsqueda de fechas disponibles para sumergirse en el inspirador universo púrpura de Prince. Un desafío para los sentidos perfecto para disfrutar con absoluta calma, conectando con la genialidad del músico y deleitarse con cada detalle.
FOTOS | UNSPLASH |
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