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Del kéfir al chucrut: los fermentados caseros que darán un toque diferencial a tus recetas
Kéfir, chucrut, kimchi… más que fermentados, son pequeñas obras de arte comestibles. Aprende a integrarlos en tus platos y a sorprender a tus sentidos
Llevan años siendo tendencia, pero a medida que los descubrimos encontramos nuevas formas de prepararlos y aplicarlos a nuestra recetario. Y es que hay una magia silenciosa en los alimentos fermentados: todo un universo de sabores y texturas que transforman los platos más simples en experiencias memorables.
Este antiguo arte, heredado de tradiciones culinarias de todo el mundo, vuelve continuamente al foco de atención por su capacidad de revolucionar cualquier paladar. Pero, ¿y si esa alquimia pudiera comenzar en tu propia cocina? Desde el chispeante kéfir, que eleva tus batidos o salsas, hasta el crujiente chucrut que aporta frescura a tus ensaladas o guisos, adentrarse en el mundo de los fermentados en casa es más sencillo de lo que imaginamos.
Un ritual de lo más gratificante, donde el tiempo reclama su presencia, y con el que pequeños frascos burbujeantes se convierten en aliados versátiles y llenos de personalidad. Te enseñamos a elaborarlos desde cero, pero también a incorporarlos en tu cocina diaria con maridajes de Cervezas Alhambra.
¿Por qué están de moda los productos fermentados?
En la era del slow food y la búsqueda de sabores auténticos, los alimentos fermentados han resurgido como protagonistas. Su popularidad no es mera casualidad, pues compaginan tradición, beneficios para la salud y un toque de creatividad. Además, su incorporación a nuestro día a día ofrece múltiples ventajas:
- Son perfectos aliados de la salud digestiva: ricos en probióticos, los fermentados mejoran la flora intestinal y refuerzan el sistema inmunológico. Nos ayudarán a tener digestiones más ligeras y, en muchos casos, a prevenir la inflamación.
- Sostenibilidad en clave culinaria: los alimentos fermentados son una forma natural de conservar, reducir desperdicios y dar nueva vida a los ingredientes que tenemos en casa. Si, por ejemplo, tenemos un pequeño huerto y no vemos forma de dar salida a la cosecha (que siempre es mayor de lo que pensamos), fermentar es una manera estupenda de alargar la vida de las verduras.
- Explosión de sabores única: el proceso de fermentación desarrolla matices complejos, lo que nos ayuda a encontrar sabores que van desde el umami hasta la acidez equilibrada. Esto ayuda a realzar muchos platos, con una concentración de sabor mayor que combina muy bien con otros ingredientes mucho más planos.
- Reconectando con la tradición: preparar fermentados nos ayuda a disfrutar del placer de cocinar de manera creativa, consciente y sin prisa, lo que además contribuye al mantenimiento del legado culinario de antaño.
¿Qué fermentados caseros puedes preparar en casa y cómo se hacen?
Lejos de lo que parece, elaborar fermentados en casa es bien sencillo y, además, abre una puerta a sabores únicos. Te mostramos tres formas de transformar ingredientes comunes en verdaderos tesoros gastronómicos. Sin duda, una manera estupenda de adentrarnos en este arte milenario.
Kéfir: una opción versátil y saludable que se hace en pocos pasos
El kéfir, conocido como el ‘yogur bebible’, es un fermentado lleno de probióticos, de sabor ligeramente ácido y con textura suave. Para hacer nuestra propia versión necesitaremos nódulos de kéfir (disponibles en tiendas especializadas) y leche entera.
La medida estándar son 500 ml de leche por cada cucharada de nódulos, que contienen las comunidades de bacterias encargadas de fermentar la leche. Lo ideal es dejar fermentar a temperatura ambiente entre 24 y 48 horas, aunque también se puede guardar la mezcla dentro de la nevera. Eso sí, cuanto más tiempo pase, más ácido será el resultado. Una vez fermentado, es importante colar los granos para reutilizarlos y volver a obtener kéfir siempre que queramos.
Chucrut: un clásico que nunca pasa de moda fácil de elaborar
El chucrut es todo un clásico de la cocina centroeuropea. Se trata de un fermentado a base de col que destaca por su textura crujiente y su sabor ácido. Para hacer nuestra versión casera tan solo tenemos que mezclar col finamente picada con sal, meter todo en un bote de vidrio y dejar que el tiempo haga su trabajo. Aproximadamente, dos semanas serán suficientes para que el chucrut esté listo, aunque nos daremos cuenta en cuanto la col pierda su blanco característico y empiece a adquirir aspecto transparente.
Podemos experimentar un poco más añadiendo especias como eneldo, bayas de enebro o semillas de mostaza para personalizar su sabor. Incluso es habitual probar la misma fórmula con otras verduras, como las zanahorias, apio o rábanos, o mezclarlas entre sí para tener una versión del chucrut mucho más interesante y repleta de matices.
Kimchi: de Corea a tu plato
El kimchi, símbolo de la gastronomía coreana, es un fermentado picante y lleno de umami elaborado principalmente con col china, rábanos y una mezcla de especias. Su sabor intenso y complejo lo convierte en un ingrediente estrella para usar como pequeña tapa de entrante o para añadir a otras elaboraciones.
Para prepararlo, primero deberemos trocear, mezclar la verdura con sal (3% del peso) y dejaremos reposar unas horas para que expulse la mayor cantidad de agua posible. A continuación, prepararemos una pasta con ayuda de un mortero con ajo, jengibre y chile en copos, agregamos la harina de arroz con un poco de agua fría y salsa de pescado. En cualquier caso, no existe una receta única, por eso en las redes veremos versiones con pasta de gambas, cebolla, chile fresco y muchos otros ingredientes.
Luego mezclamos bien y lo pasamos todo a un bote de vidrio, cerramos -mejor si generamos vacío metiendo el bote en agua caliente- y lo dejamos en un lugar fresco para que fermente. Pasados unos 21 días tendremos un kimchi tan sabroso como el que podríamos comer en cualquier puesto de Corea.
Consejos a tener en cuenta a la hora de hacer fermentados en casa
Hacer fermentados en casa es una experiencia gratificante, pero para obtener resultados exitosos es importante prestar atención a ciertos detalles:
1. Higiene, lo más importante. Asegúrate de que los utensilios, frascos y manos estén completamente limpios. Aunque los fermentados contienen bacterias beneficiosas, debemos pensar que vamos a trabajar con tiempos de espera largos y técnicas a temperatura ambiente. Por tanto, evitar contaminantes externos es esencial para un proceso seguro y sin sorpresas.
2. Elige bien los ingredientes. Escoge ingredientes frescos y de calidad, pues su estado inicial influirá directamente en el resultado final. Además, asegúrate de emplear sal no yodada y, si puedes, agua mineral, ya que ambos ingredientes pueden interferir en el proceso de fermentación.
3. Paciencia y observación. Cada fermentado tiene su propio ritmo, dependiendo de la temperatura y el entorno. Sé precavido y, durante el proceso, ocúpate de observar los cambios en el olor, el sabor y las burbujas, que son señales de que todo marcha bien. Y, por supuesto, experimenta sin prisa; el tiempo es clave para desarrollar los sabores profundos de cada fermentado.
¿Cómo añadir kéfir, chucrut y otros fermentados a tus recetas? Ideas
El kéfir, el chucrut y el kimchi son verdaderas joyas gastronómicas en sí mismas, pero también son acompañantes muy interesantes para otras recetas cotidianas. Te contamos cómo llenar de personalidad tus platos gracias a su peculiar sabor.
Kéfir
El kéfir es un ingrediente muy versátil. De hecho, es un habitual en desayunos como sustituto del yogur convencional y mezclado con granola, cereales o fruta. No obstante, en recetas saladas también funciona muy bien para preparar salsas como la clásica tzatziki y para otros aderezos de ensalada. Además, es muy recomendable para marinar carnes, pues su alta acidez ayuda a ablandarlas. De hecho, podemos emplearlo en platos indios como el pollo tikka masala, que a su vez marida muy bien con Alhambra Reserva Roja, la favorita para platos orientales muy especiados.
Chucrut
El gran logro del chucrut como fermentado es un aporte inmediato de frescura y complejidad. Por eso, utilizarlo como ingrediente para bocadillos y hamburguesas es muy recomendable, puesto que ayuda a equilibrar el sabor frente a ingredientes grasos. También es un acompañamiento ideal para carnes como cerdo o salchichas, muy al estilo de la gastronomía alemana. Además, con una variedad estilo Lager como Alhambra Reserva 1925, que tiene un balance entre amargo y dulce muy igualado, terminaremos de cerrar el círculo con un maridaje más que adecuado. Aunque si buscas algo más elaborado, te recomendamos añadir el chucrut a guisos o sopas para realzar los sabores y obtener un toque de profundidad.
Kimchi
Sin duda, el territorio en el que mejor se mueve el kimchi es el de las elaboraciones orientales. Aporta un toque de umami casi inmediato, por eso es ideal para salteados de arroz y fideos. También se puede incluir en un rollo de kimbap -el sushi al estilo coreano- y jugar con sabores flambeados para obtener un buen contraste dulce. También va muy bien con quesos y carnes, gracias a su particular sabor picante y avinagrado. ¿Nuestra recomendación? Haz tu propia adaptación de barbacoa coreana con carnes de calidad, emplea el kimchi como acompañante y marida con Alhambra Especial para aportar frescura y notas afrutadas.
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