Es Tendencia - Gastronomía
¿Y si las semillas de lino son esa chispa que tus platos necesitan?
Sabor, propiedades y textura. Estas semillas son tendencia desde la prehistoria y existen muchas razones por las que deberías empezar a incorporarlas en tus recetas.
Las llamamos semillas de lino -o linaza-, pero bien podrían pasar por pequeñas joyas nutricionales. Su diminuta presentación alberga el secreto del bienestar, que se hace evidente en un sinfín de propiedades para la salud. Entre ellas, fibra, vitaminas, antioxidantes y ácidos Omega-3.
En las consultas médicas las recomiendan para equilibrar las hormonas, reducir la inflamación y mejorar las digestiones. Y en las cocinas, los chefs y cocinitas le sacan todo el partido en sus múltiples presentaciones. Tostadas, trituradas, en crema, a modo de aceite o, simplemente, en panes y otros bollos, donde se encuentran su territorio más popular.
Seguramente pocos adivinaban que un ingrediente de la Prehistoria pasaría a protagonizar un sinfín de reels como el desayuno favorito de los influencers. No obstante, las semillas de lino nos ofrecen muchas más posibilidades de las que conocemos. Y, desde luego, ahora que toca mantenerse en plena forma para hacer frente al invierno, es el momento de incorporar todos sus beneficios en nuestros platos.
La linaza, testigo de una gastronomía milenaria
Poco se sabe sobre la cocina de la Prehistoria (a pesar, incluso, de modas infundadas como la popular alimentación estilo ‘paleo’). Sin embargo, se conoce que las semillas de lino eran muy populares en civilizaciones antiguas, como Mesopotamia, donde su tierra fértil se ocupó de tejer el relato del lino durante siglos.
También en Babilonia se admiraban sus virtudes, pues consideraban a estas diminutas semillas como toda una fuente de salud y, por supuesto, un auténtico manjar sobre la mesa. Con el tiempo, la linaza viajó a través de rutas comerciales de la antigüedad, cruzando desiertos y mares, para encontrar su lugar en Egipto, Grecia, Roma y otras tantas civilizaciones que no tardaron en aficionarse a su poder nutritivo. Es más, en la Edad Media se convirtieron en símbolo de prosperidad y, durante el Renacimiento, su consumo era cosa de personas elegantes y refinadas.
¿Podemos, entonces, hablar hoy de tendencia al referirnos a las semillas de lino, a pesar de su largo legado? Definitivamente, sí. Es la clase de ingrediente que lo tiene todo en uno: sirve tanto para desayunos como para guisos, ensaladas o carnes; aporta un plus de sabor aromático y equilibrado; y, sin duda, nos ayudan a sentirnos bien casi al instante.
Y lo mejor es que cada vez que incorporamos la linaza a cualquiera de nuestros platos, casi sin saberlo, estamos enriqueciendo nuestras mesas con un emblema que ha resistido la prueba de los siglos. Exactamente igual que ocurre cuando abrimos una botella de Alhambra Reserva 1925 y probamos la receta que ha encumbrado a los maestros cerveceros de la fábrica durante casi cien años.
Cómo tomar las semillas de lino: tres recetas para diferentes momentos del día
Las semillas de lino son toda una estrella para elaboraciones saludables y alimentaciones tipo ‘keto’. Pero eso no quiere decir que no podamos obtener sabores de lo más interesantes al incorporarlas. Te enseñamos cómo utilizar las semillas de lino en diferentes platos del día a día, para que este ingrediente de tendencia se convierta en todo un básico de tu cocina.
Pan de semillas de lino
Un alimento con tantos beneficios merece una receta básica que haga alarde de todos ellos. Por eso, en vez de hacer el clásico pan con un poco de lino, te proponemos una alternativa proteica que gusta mucho a los que más cuidan su alimentación. En este caso, no incluimos harinas, sino que las sustituiremos por una mezcla de semillas compuesta por linaza y otras opciones al gusto (como pipas de calabaza, chía, semillas de amapola, sésamo…). También vamos a necesitar huevo, queso batido o yogur natural, levadura química y un poco de agua y sal. El resultado es un pan muy saciante, repleto de propiedades y perfecto para un buen desayuno post entrenamiento.
Albóndigas y hamburguesas vegetales con lino
También la linaza es un buen aporte para recetas vegetales y veganas, pues añade sabor, textura y proteínas. Y aunque hay muchas versiones de hamburguesas y albóndigas vegetales donde podemos utilizar estas semillas, te recomendamos combinarlas con quinoa, zanahoria, cebolla y un poco de harina de garbanzos. Puedes ir rectificando las cantidades para conseguir la masa adecuada y, por supuesto, guardarlas en el congelador y tener hamburguesas vegetales listas para cualquier almuerzo o cena ligera.
Guisos con semillas de lino
Este tipo de semillas se usan mucho en alimentaciones vegetarianas porque, con sus semillas remojadas, se puede conseguir una textura muy similar al huevo. Por eso es muy recomendable usarlas en nuestros guisos cuando queremos que estos ganen espesor, tanto si estos son vegetales, como si son de carne o pescado. Solo tenemos que añadir dos cucharadas cuando quede poco tiempo de cocción y notaremos cómo los ingredientes se ligan mejor. También podemos maridar la experiencia con Alhambra Reserva Roja y notar cómo los sabores de la carne y los matices tostados del lino -y de la cerveza- toman mucho más protagonismo.
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