El oro verde y sus increíbles posibilidades. Descubrimos cuatro recetas de aguacate para abrir la mente (y el apetito).
Por Esther Morales
Antes de que lo llamáramos oro verde, antes de ser un manjar venerado en las recetas con aguacate más ‘instagrameables’, esta fruta tropical ya era un habitual en muchas gastronomías del mundo. Todo un imprescindible en las elaboraciones de México, Venezuela y el resto de Latinoamérica, pero también de destinos asiáticos como Vietnam, Tailandia o Camboya, donde se toman al pie de la letra su naturaleza frutal.
Su secreto no es otro que el de un árbol muy agradecido que, cuando encuentra las condiciones de humedad y calor adecuadas, nos regala una amplísima cosecha hasta en dos ocasiones al año. Condiciones como las de la Costa Tropical de Andalucía o las de las islas más occidentales de Canarias, donde este suave manjar, que se despierta en el paladar con solo un poco de sal, es toda una estrella en el plato.
Incluirlo en la cena, según los expertos en nutrición, es una elección perfecta para mantener unos hábitos equilibrados y saludables. Para los disfrutones, como nosotros, es también la excusa ideal para experimentar con nuevos sabores y recetas con aguacate, que nos permiten finalizar las jornadas con la sensación más sabrosa en la boca. Una percepción similar a la de abrir nuestra variedad favorita de Cervezas Alhambra al término del día y acompañar, sin prisas, cualquiera de estas deliciosas elaboraciones.
Veganesa de aguacate
En la jerga vegana, se conoce como veganesa a la alternativa sin huevo y leche de la mayonesa. En este caso, apenas vamos a necesitar un aguacate, un poco de bebida vegetal (de soja, por ejemplo) y sal. Se puede mezclar todo a mano, pero para evitar grumos y conseguir una textura más uniforme, se recomienda darle unos pocos golpes de batidora.
Es una receta inmejorable para esas noches en las que no tenemos muchos aguacates en casa, pero queremos dar un toque de sabor a platos diferentes. Además, admite muchísimas modificaciones y juegos de sabor con ingredientes extra. Se le pueden añadir unas hojas de albahaca para un toque más italiano, un poco de pimentón para un acabado más rústico o, unas gotas de tabasco, si somos aficionados al picante.
Arroz con salmón, aguacate y alga nori
Esta es una de las recetas con aguacate más virales de los últimos tiempos. Aprovechando el juego de sabores clásico entre el oro verde y el salmón, muchos se han animado a elaborar esta especie de deconstrucción del sushi, solo que en esta ocasión sí que hay que cocinar un lomo de salmón, preferiblemente a la plancha.
Una vez preparado, se desmigaja suavemente y se mezcla con arroz blanco, aguacate troceado y un chorro de salsa de soja. Luego, para comerlo, iremos sacando porciones de la mezcla y colocándolas sobre trozos pequeños de alga nori, que nos permitirán recrear algunos sabores de aire japonés. Un plato muy sencillo que se puede acompañar con la frescura y el amargor suave de Alhambra Lager Singular, perfecta para los matices tostados del pescado a la plancha.
Sopa mexicana de tortilla y pollo
No se puede hablar sobre recetas con aguacate sin prestar atención a las delicias de origen mexicano. Su gastronomía cuenta con un enorme abanico de elaboraciones, que van más allá de clásicos como el guacamole. Y es que poco se habla sobre el talento del país americano para los guisos y las elaboraciones calientes, entre las que se encuentra esta sopa de tortilla y pollo.
Un cena de lo más reconfortante que se puede modificar, según nuestra preferencia para el picante, y que se suele culminar con aguacate (sí, en caliente) y un manojo de cilantro. Toda una experiencia sensorial que merece la pena probar y combinar con un sabor tan peculiar como el de Alhambra Reserva 1925.
Sándwich de aguacate y berros
Lo mejor de esta fruta, de su textura y de su sabor es que, con poco, podemos hacer mucho. Ocurre, por ejemplo, con recetas con aguacate como un sencillo sándwich, que es todo lo que necesitamos para una cena nutritiva y deliciosa. Para esta receta recomendamos utilizar rebanadas de pan de semillas, un queso fresco y firme (de leche de cabra, por ejemplo), un aguacate maduro y unos berros. Esta verdura no siempre es fácil de conseguir y se puede sustituir por rúcula, espinacas o canónigos. No obstante, merece la pena hacer una búsqueda exhaustiva para dar con ella, porque le va a dar un ligero toque picante a este sándwich sencillamente inolvidable.
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