¿Eres de los que se quitan la pulsera del festival según sales del recinto o te la dejas puesta hasta que termina el verano? ¿Te organizas para no perderte ni uno solo de los conciertos que te interesan o dejas que las cosas fluyan? El fenómeno ha cobrado tal dimensión que, sólo en nuestro país, se celebran ya más de 900 festivales al año.
Por Cervezas Alhambra
Los festis nos apasionan y las actividades de ocio que nos ofrecen nos vuelven locos, pero… ¿Sabemos cómo serán los festivales del futuro? Obviamente nadie tiene una bola de cristal que le permita saber a ciencia cierta lo que ocurrirá, pero os traemos algunas de las líneas que suman mayor consenso entre los expertos que analizan las tendencias potenciales en torno a estos auténticos acontecimientos sociales.
Sin duda, la idea que más se repite es la de la integración de las nuevas tecnologías y el desarrollo de nuevas experiencias inmersivas. En los últimos años hemos visto cómo la ola digital ha comenzado a revolucionar la experiencia de los festivales al permitir disfrutar de algunos de ellos desde la comodidad de nuestro hogar a través de la realidad virtual o del streaming en vivo, pero esto es sólo el primer paso. Después de ver a ABBA realizar una gira mundial con avatares y a Kiss anunciar que sus herederos también serán avatares virtuales, podemos soñar con grandes festivales multisede conectados entre sí en tiempo real. ¿Y para qué? Pues, por ejemplo, para disfrutar en directo de colaboraciones entre artistas cuyos hologramas veremos juntos sobre el escenario pero que, en realidad, podrán encontrarse a miles de kilómetros de distancia los unos de los otros.
Las experiencias inmersivas estarán dirigidas al público… Pero no exclusivamente. Los artistas también podrán llevar dispositivos, como por ejemplo gafas de realidad aumentada con conectividad 5G, durante las actuaciones con el fin de mejorar la percepción de todo cuanto ocurre a su alrededor, en su entorno pero fuera de su campo de visión, o seguir los diferentes canales de las distintas redes sociales. Y todo en tiempo real.
La inteligencia artificial contribuirá a enriquecer todas estas experiencias, pero también ayudará a los promotores a preparar la logística y las instalaciones más adecuadas para diseñar perfectamente cada evento en función de su tamaño y su tipo de público, así como a predecir con total precisión la demanda de entradas con el fin de ajustar la oferta y evitar sorpresas.
Otra de las posibilidades vinculadas al mundo de la tecnología que se barajan de cara al futuro es que, teniendo en cuenta que los grandes eventos de videojuegos cada vez se parecen más a los festivales de música, ambas celebraciones podrían converger y celebrarse de forma conjunta. La naturaleza dinámica de ambos sectores podría hacerlo viable en pocos años.
Uno de los puntos fuertes que marca y seguirá marcando el ritmo de los festivales en el futuro es la sostenibilidad. Las preocupaciones ambientales han tomado el escenario y los festivales se implican cada vez más en este sentido. Ya hemos visto cómo se ha reducido el consumo de plásticos de un solo uso, el empleo creciente de fuentes de energía renovables y el empleo de materiales compostables en las pulseras luminosas de los fans. Incluso hemos vivido la instalación de los primeros suelos cinéticos, capaces de aprovechar la energía que el público transmite saltando y bailando y transformarla en electricidad, o el desembarco de los paneles solares en los recintos para tratar de reducir su huella de carbono. El Prestoso Fest de Cangas del Narcea y el Festival Observatorio de Balboa, que han contado con la colaboración de Cervezas Alhambra, ocupan los primeros puestos del ranking de eventos más respetuosos con el medio ambiente de nuestro país.
La optimización del transporte jugará un papel clave en el futuro de la sostenibilidad de los festivales, ya que, como reconocen sus organizadores, muchos de ellos son absolutamente dependientes de la existencia de vuelos baratos, lo cual implica un enorme consumo de combustibles fósiles. Subrayan la necesidad de potenciar el empleo de transportes ecológicos para facilitar el acceso del público al lugar donde tienen lugar los eventos y hasta se plantean la posibilidad de seleccionar line ups más ecológicos si se reduce el número de artistas que debe volar para tocar en los festivales (o se recurre a avatares holográficos).
Y no solo eso. Las organizaciones apuestan por incrementar las tiendas y puntos de reciclaje dentro de los recintos (varios eventos pioneros ya han comenzado a hacerlo), eliminar los folletos, mapas, horarios y entradas físicas con el objetivo de erradicar el consumo de papel y tintas contaminantes, procesar el agua de baños y duchas para su reutilización, usar sanitarios de compost que, a diferencia de lo que emplean químicos, convierten los residuos en fertilizante, y, por último, incrementar el volumen de comida orgánica que se sirve a los asistentes.
Definitivamente avanzamos hacia el mestizaje musical y el eclecticismo de todo tipo en las programaciones. Y eso nos encanta. Las tendencias apuntan a que cada vez veremos menos eventos dominados por un solo género y que se impondrá la variedad. En el sentido más amplio de la palabra. Una apertura hacia la diversidad, los orígenes culturales alternativos y la inclusión que nos conectará con sonidos minoritarios y nos brindará la posibilidad de descubrir músicos con talento que ahora mismo pasan desapercibidos para el gran público. Ya lo advierten los analistas: los carteles no sólo anuncian a los artistas, también transmiten la marca y los valores de los festivales. “La verdad vende”, subrayan.
¿En el futuro habrá más festivales o se producirá una concentración en torno a los más potentes? El pronóstico de los analistas económicos apunta a que, al menos en España, la respuesta es no. En nuestro país, el sector no se contraerá a corto plazo y el número de festivales, o bien se mantendrá, o crecerá ligeramente sobre todo en Madrid, Cataluña y Andalucía.
Vivimos los años dorados de la música en vivo, pero el futuro puede ser aún más deslumbrante. Festivales rebosantes de tecnología y experiencias inmersivas, totalmente comprometidos con el medio ambiente y, lo que más nos gusta, abiertos a la mezcla, el mestizaje y la fusión de estilos. Uno de los motores fundamentales para que la música crezca, se expanda y llegue hasta el último rincón del planeta.
IMÁGENES | UNSPLASH
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