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Expediente Suno: el futuro de la música está en juego Expediente Suno: el futuro de la música está en juego

Música

Expediente Suno: el futuro de la música está en juego

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Suno es un generador de música basado en inteligencia artificial capaz de crear canciones a partir de unas simples líneas de texto. Seguramente hayas oído hablar de él y es probable que incluso lo hayas probado.

Por Cervezas Alhambra


Resulta divertido, sorprendente, novedoso e… ¿Inquietante? Con tan solo un año de vida, este proyecto, que ofrece la posibilidad de ‘componer’ a cualquier persona tenga o no tenga conocimientos musicales, provoca numerosas preguntas que afectan no sólo al futuro de los artistas sino al conjunto de la música en sí misma. Y, aunque es el más potente de todos, no es el único software que avanza a toda velocidad en esta dirección: tenemos Udio, Moises, Musicfy, Soundraw, Fadr… Hablamos de poder crear nuestra propia música, en cualquier momento y lugar. Sin limitaciones creativas. Los instrumentos que queramos, las voces que deseemos, el estilo que elijamos. Canciones 100% personales o para compartir, la decisión estará en nuestras manos. ¿Acabará con el modelo de consumo de música tal y como lo conocemos? ¿Cómo afectará esto a los artistas? ¿Y a las compañías? ¿Cuánta inversión requerirá para que resulte definitivamente igual de atractivo que las obras creadas por músicos? ¿Nos encontramos ante un gran punto de inflexión en la historia de la música? ¿Un evento clave que podría cambiar por completo las actuales reglas de juego? Muchos aseguran que sí.


Hasta ahora casi todos compartíamos la premisa de que la música creada por algoritmos jamás tendría la resonancia emocional de la creada por humanos. Pero las primeras versiones de Suno han hecho que la idea se tambalease. Accedemos a la interfaz, escribimos un prompt con el concepto general de la música, la letra y el estilo… Y el resultado resulta preocupantemente convincente. ¿Cómo es posible? Las grandes compañías discográficas, como Universal Music Group, Warner Music Group y Sony Music Group, lo tienen claro. Aseguran que la IA de Suno se ha entrenado a fondo estudiando sus catálogos musicales y que el sistema no hace más que replicar lo aprendido aplicando algunos cambios, lo suficiente para que no podamos hablar de copia. Su siguiente paso ha consistido, lógicamente, en demandar a Suno y a Udio por infracción de derechos de autor “a escala masiva”.


Auriculares sobre una partitura


Los titulares de los derechos se han plantado. Les dicen a las empresas de IA que tienen que pedir permiso, pagar acuerdos de licencia y ser exquisitamente transparentes sobre sus conjuntos de datos de entrenamiento. Pero la respuesta de los denunciados ha resultado sorprendente: ¿O qué? ¿Qué van a hacer? Los inversores de Suno, entre los que figuran grandes firmas de capital riesgo como Lightspeed Ventures o Matrix Partners, han declarado que ya habían tenido en cuenta la llegada de la demanda e incluso dejaron caer que estaban dispuestos a afrontar el coste derivado de los procesos judiciales. Los directivos de la compañía, lejos de poner en pausa sus planes, han apretado el acelerador y alcanzado una alianza con Microsoft para incluir su generador musical en Copilot. Además, han desarrollado una aplicación para crear canciones en dispositivos Apple con su versión V3. Pronto desembarcará en Android.


“Nuestra tecnología está diseñada para generar resultados completamente nuevos, no para memorizar y regurgitar contenido preexistente. Y no permite a los usuarios hacer referencia a artistas específicos”, asegura el director ejecutivo de Suno, Mikey Shulman. Los responsables de Udio, en un tono más conciliador, se amparan en el “fair use” o “uso justo” de la música preexistente. “Del mismo modo que los estudiantes escuchan música y estudian partituras, nuestro modelo ha ‘escuchado’ y aprendido de una gran colección de música grabada”, exponen.


Imagen digital creada por IA


Suno cuenta actualmente con una comunidad de más de 12 millones de 'creadores musicales' en todo el mundo que 'escriben' todo tipo de canciones ayudados por la IA. En apenas un año, varios de los temas generados por estos usuarios con la ayuda de Suno suman ya cientos de miles de reproducciones. Hablamos de ejemplos como ‘dialectic (accept it)’ (631 K), ‘Maybe?!’ (549K), ‘Suno Please Fix’ (332K) o ‘Where Do We Go From Here?’ (247K). La reacción por parte de los artistas 'tradicionales' no se ha hecho esperar. Más de 200 músicos y bandas, incluyendo a Aerosmith, J Balvin, Nicki Minaj, Elvis Costello, REM, Billie Eilish, Camila Cabello, Katy Perry, Lola Índigo, Luis Fonsi o Bon Jovi, han firmado una carta en la que piden a las empresas de IA que se comprometan a no desarrollar tecnología que socave o sustituya el papel de los compositores o artistas. Se nota que hay mucho en juego.


Y llegamos a la gran pregunta. ¿Cuál será el futuro de la música? Las discográficas alertan de que, si se permite a las IA utilizar obras protegidas por derechos de autor sin permiso, las producciones musicales sintéticas saturarán el mercado con contenido generado por máquinas. Un contenido que competirá directamente con las grabaciones de sonido genuinas, las abaratará y, en última instancia, las ahogará. “Las empresas de inteligencia artificial, como todas las demás empresas, deben respetar las leyes que protegen la creatividad y el ingenio humanos”, sostiene la denuncia.


Músico escribiendo canciones con un teclado y un portátil


No podemos evitar recordar lo sucedido entre Spotify y las discográficas hace unos años, cuando también se hablaba de que la industria musical estaba amenazada. Ambas partes se enfrentaron por cuestiones económicas relativas al reparto de beneficios y, tras una dura pugna legal, cerraron un acuerdo de pagos que relanzó el valor de la startup escandinava en bolsa y dejó satisfechas a las propietarias de los grandes catálogos musicales. ¿Sucederá lo mismo con las compañías de IA generativa?


Por el momento, y pese a que el escenario general resulta inestable, las inversiones siguen llegando a las puertas de Suno. Hace poco ha recibido una inyección de 125 millones de dólares, lo que ha elevado su valor total estimado hasta los 500 millones. Una consolidación progresiva que le ofrece una buena posición de cara a negociar posibles acuerdos.


Instrumentos musicales en una habitación


Resulta innegable que es difícil crear música que merezca la pena escuchar. Generar un poema legible o una ilustración aceptable con IA es un desafío técnico, pero infundirle a un modelo el gusto necesario para crear la música que nos gusta es algo completamente diferente. Una canción que consiga que todo encaje, que conecte con nuestras emociones, llegue hasta lo más profundo y nos erice la piel. Mientras aguardamos, sin prisas, a que se desvele el futuro de la música, continuaremos disfrutando de los sonidos más auténticos, los mismos que se nos presentan rebosantes de matices, virtuosismo y talento humano.


FOTOS | UNSPLASH

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