Ha llegado el momento de plantear la pregunta. En plena era del streaming, ¿merece la pena que los artistas dediquen tiempo, esfuerzo y dinero a crear videoclips?
Por Cervezas Alhambra
La respuesta corta, pese a que el contexto pueda inducir a pensar lo contrario, es sí. La creación de contenido sigue siendo clave para que los músicos den a conocer su obra y el algoritmo adora todo tipo de piezas audiovisuales, de manera que siguen siendo rentables como elemento promocional y como vía de expresión para los artistas. Aún recordamos su relevancia durante los 80, cuando incluso existían programas cuyo contenido era única y exclusivamente la emisión continuada de videoclips, y a pesar de que Spotify ha dado el sorpasso a YouTube estos pequeños filmes musicales aguantan el tirón razonablemente bien. Además, la industria musical está en constante evolución y ciertos detalles nos llevan a pensar que podría darse un plot twist. Lejos de anunciar el fin de una era, los expertos en marketing musical sostienen que los vídeos de calidad siguen funcionando bien en redes y aseguran que equivalen a las “tarjetas de presentación del siglo XXI”. Mini películas realizadas con mimo y detalle que contribuyen a enriquecer nuestras impresiones sobre los artistas y su trabajo.
Las reproducciones en Spotify superan de largo a las de YouTube, está claro, pero el papel de los videos musicales sigue considerándose ‘sustancial’. No son únicamente herramientas promocionales, sino partes integrales de la expresión creativa de un artista y un elemento clave dentro del ecosistema musical que nos ofrece experiencias únicas. La música es una pasión, no una carrera por las reproducciones o los likes, con lo cual los videoclips, en la medida en que contribuyen a mejorar y preservar la integridad artística, bien podrían estar viviendo un período de transición en lugar de una etapa de recesión.
Los videos musicales evocan emociones intensas y dejan una impresión duradera en los espectadores a través de momentos icónicos que se vuelven parte fundamental de la cultura pop. Quienes vivieron los 80 probablemente recuerden un clip en el que aparecía un hombre con un traje rojo liderando una legión de zombis bailarines. Los que crecieron en los 90 tal vez conserven en su memoria las imágenes de un video en el que una colegiala con coleteros rosas realizaba coreografías por los abarrotados pasillos de un instituto. Y la generación nacida en los 2000 seguramente sepa de qué hablamos si mencionamos a una estrella del pop vestida de Cleopatra sentada en un trono con forma de esfinge.
Los videos musicales modernos existen desde mediados del siglo XX, pero el desembarco en redes de YouTube en 2005 y el de Vevo en 2009 transformaron la forma en que la gente consumía videos musicales. El video musical más visto en YouTube sigue siendo ‘Despacito’ de Luis Fonsi y Daddy Yankee, de 2017 y con más de 8.537 millones de vistas. Le siguen ’Shape of You’ de Ed Sheeran, también de 2017, con 6.327 millones de vistas y ‘See You Again’ de Wiz Khalifa y Charlie Puth de 2015 con 6.390 millones de vistas. La mayor parte de los videos más vistos de la historia de YouTube datan de la década de 2010, cuando la música pop occidental vivía un momento dulce.
Pero regresemos a la actualidad. Si analizamos las canciones más reproducidas en Spotify durante 2023, 36 de las 40 canciones situadas en los puestos preminentes de las listas de éxitos contaban con su correspondiente video musical. De media, estos clips obtuvieron 374 millones de vistas mientras que los streams acumularon un promedio de 1.100 millones de reproducciones. Aunque la brecha de 731 millones entre la cantidad de vistas de los videos y la cantidad de reproducciones en Spotify sea relevante, no debemos perder de vista que hablamos de una bolsa de cientos de millones de reproducciones en vídeo.
Los videoclips aún están muy presentes en nuestra realidad musical y la gran mayoría de los sencillos de éxito en 2024 todavía cuentan con ellos. Circulan a través de TikTok en pequeños fragmentos de 15 segundos e incluso algunos siguen convirtiéndose en icónicos, como ‘WAP’, de Cardi B & Megan Thee Stallion, ‘Montero’, de Lil Nas X, o ‘Espresso’, de Sabrina Carpenter. Evidentemente, hablamos de momentos puntuales en comparación con el apogeo de los videos musicales de la década de 1990. Ahora lo habitual es que una canción como el éxito de 2023 de Miley Cyrus, ‘Flowers’, acumule 2.196 millones de reproducciones en Spotify y 857 millones de vistas en YouTube. Los canales a través de los cuales los seguidores llegan hasta una canción se han diversificado tanto que los videos musicales oficiales han perdido parte de su protagonismo tradicional, pero aún siguen siendo eficaces para reavivar el interés por una canción tiempo después del lanzamiento del álbum que la contiene. Esta fue, por ejemplo, la estrategia empleada el año pasado con ‘Snooze’, de SZA. El tema salió el 25 de abril de 2023 como el sexto sencillo del álbum ‘SOS’ y alcanzó el puesto número 2 del Billboard Hot 100. El vídeo musical se estrenó el 25 de agosto de 2023 y ayudó a que la canción se posicionara, 258 días después, nuevamente en el puesto número 2 del chart.
Es probable que haya llegado el momento de que una nueva generación de fanáticos lo reclame como parte de la cultura musical. Para ello, los analistas sugieren fomentar la integración de los contenidos audiovisuales de los artistas en las redes sociales concediéndoles exclusividad, enriquecerlos con extras del tipo ‘behind the scenes’, aportarles autenticidad mostrando la personalidad y el proceso creativo del artista, establecer sinergias con cineastas, artistas visuales o desarrolladores de videojuegos… Descubrir una canción a través de un video musical constituye una experiencia profunda. La conexión que se alcanza con el artista, su música y su personalidad cambia cuando interviene un componente visual que aporta un estilo y una historia. Y no olvidemos un detalle de lo más revelador: Spotify lleva años trabajando en la implementación de videoclips dentro de la aplicación, el famoso ‘switch to video’, y ya reproduce GIFs cíclicos de unos 30 segundos durante la reproducción de determinados temas. Por algo será.
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FOTOS | UNSPLASH
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