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Zoom al máximo: metiendo la lupa hasta el fondo en los microgéneros musicales Zoom al máximo: metiendo la lupa hasta el fondo en los microgéneros musicales

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Zoom al máximo: metiendo la lupa hasta el fondo en los microgéneros musicales

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Hablemos de etiquetas musicales. Muchos artistas las esquivan porque les suenan a encasillamiento, pero, admitámoslo, a veces nos resultan muy útiles para explicar a los demás a qué tipo de sonido nos referimos cuando no hay música sonando.

Por Cervezas Alhambra

Llegados a este punto, podemos ser específicos, tremendamente específicos o hiperespecíficos. Y el trend de 2023 nos lleva, directamente, al tercer escenario. Se acabó lo de colocar las canciones dentro de los grandes cajones del pop, rock y la música urbana. Vamos a introducir la lupa hasta el fondo, hacer zoom al máximo y examinar hasta el último detalle. ¿Has oído hablar del complextro, del brostep, del stutter house, del drift phonk o del amapiano? Si no es así, bienvenido al universo creciente de los microgéneros musicales, un fenómeno que cotiza al alza y que se apoya en Soundcloud —la plataforma musical formada en 2007 por una comunidad mundial de artistas y oyentes— para propagarse. Tal y como su nombre nos avanza, muchos de ellos aún son pequeños, pero si no pierdes detalle de lo que te vamos a contar es probable que descubras escenas que mañana sean grandes. Quién sabe…

Me encanta esta canción. Voy a subirla a mi vídeo de TikTok con el hashtag… ¿#trap? ¿#experimentalhiphop? Vamos a ser mucho más precisos y a usar la etiqueta #driftphonk. ¿Que qué es eso del drift phonk del que hablan los trend seekers? Vamos por partes. En primer lugar, el phonk es un subgénero del hip hop que surgió en los 90 a partir del Memphis rap. Su principal seña de identidad son los samples evocadores de funk y jazz, las frases extraídas de viejas cintas de rap y una atmósfera brumosa que lo envuelve todo. La vertiente del phonk más agresivo caló hondo en Rusia, donde, a partir de 2010, comenzó a asociarse a la cultura del drift (sí, la de los coches) y de ahí surgió el drift phonk, una mezcla de trap, hip hop y loops con un toque nostálgico. Quizás hayas escuchado algún tema de este microgénero y no lo hayas podido ubicar: bajos 808 saturados, melodías construidas con sonidos de cencerro, graves densos y toneladas de distorsión.

Aún hay más. ¿Qué sucede si mezclamos la música lounge, jazz y deep house? Pues que el resultado es amapiano, un microgénero nacido en Sudáfrica a mediados de la década pasada y que ahora mismo cotiza al alza en las quinielas de géneros emergentes. Igualmente deriva de un género de los años 90, el kwaito, básicamente música house fusionada con ritmos africanos locales. Uno de los elementos más característicos del amapiano es el uso del log drum, también conocido como tambor de herradura, un instrumento tradicional elaborado generalmente a partir de troncos de árbol vaciados. Si te ha picado la curiosidad, búscalo en TikTok y encontrarás miles de vídeos en los que jóvenes africanos protagonizan challenges de baile con este estilo de música sonando de fondo.

Si has oído hablar del stutter house, también conocido como tremor, tremolo o flutter house, es que no se te escapa ni una. Pero si no te suena de nada e indagas en las redes, descubrirás un microgénero marcado por la edición rítmica y repetitiva de pequeños fragmentos de audio. Una especie de tartamudeo, para entendernos. La principal figura de la escena stutter es el productor londinense Fred Again. Ed Sheeran, Stormzy y FKA Twigs son algunos de los artistas cuyos temas ya han recibido su mágico toque stutter, aunque para crear esta novedosa corriente Fred Again ha reconocido que ha recibido ayuda y mentorización por parte de toda una leyenda como es Brian Eno. ¿No tienes muy ubicado a Brian Eno? No worries, aquí van unas pinceladas sobre su carrera: estrella del pop en los 70 como miembro de la banda Roxy Music, colaborador de artistas como David Bowie o David Byrne, productor de todos los álbumes de U2 desde 1984, así como de discos para Coldplay o Damon Albarn, considerado inventor del género ambient, ganador de decenas de premios internacionales como compositor y, sí, autor del famosísimo archivo de sonido de inicio del Windows 95, el conocido como ‘The Microsoft Sound’

¿Te gusta la música vaporwave (electrónica muy centrada en samples, recargada de sintes y con rollo contracultural de los 80s y 90s) y buscas ir un poquito más allá, conocer cuál es el último microgénero surgido al calor de su escena? Lo que necesitas es una buena dosis de slushwave, también conocido como phaserwave. Un estilazo que, como su mismo nombre indica, tira del denominado efecto phaser, un sonido en el que la señal original se combina con una copia ligeramente fuera de tiempo. Además, va recargado de reverberación, muchísimo rollo asiático en sus influencias, incluso gráficas, y letras que nos hablan de amor, desamor, nostalgia… Y temática digital, obvio.

Dentro de la misma onda asiática, pero bastante más cerca del kpop, encontramos el webcore, también denominado internetcore, enacore u old web. Se trata de un estilo 50% estético 50% musical que se identifica por emplear elementos sonoros y visuales de la cultura web de los años 90 y 2000. Una colección de piezas digitales que arranca con el lanzamiento del Windows 95 y se cierra con la comercialización del Windows Vista.  

Venga, vamos a acercarnos un poco más a la pista de baile a ritmo de complextro, un género electrónico con influencias del glitch (dominio de los soniditos de cortes simulando fallos electrónicos y clicks), el dubstep (bajos oscilantes y ritmos sincopados y ultra bailables, con golpes de bombo en el primer y tercer tiempo del compás), el electro house (house con bases poderosas de sintetizadores y guitarras súper distorsionadas) y el chiptune (electrónica procesada por el chip de una videoconsola). ¿Sonidos de videojuegos mezclados con electro house? Tal cual. Y funciona de lujo para mover al personal. Los precursores de esta corriente fueron Justice y SebastiAn, pero figuras como Skrillex, deadmau5 o Digitalism han contribuido a agrandar su merecida fama.

Y si hablamos de complextro y dubstep… Imposible olvidarnos del brostep, un subgénero del dubstep que comparte elementos de complextro con drum and bass y, ojo, heavy metal. En USA se ha vuelto muy popular por sus fluctuaciones robóticas y el toque agresivo que le da el metal. Por momentos puede resultar un poco oscuro, pero suena como una apisonadora y no puede contagiar más energía.

Vamos a tomar el rap de Atlanta y Memphis como punto de partida, a añadirle una atmósfera dreamy, algo de trap y mucho toque old school…. ¡Y ya estaría! El cloud rap nos hace flotar en una nube etérea y un poco psicodélica dentro de la cual descubrimos pinceladas de indie, rock, pop, dance y, obviamente, hip hop con drum and bass. Yung Lean, Clams Casino o Viper serán tus guías si quieres adentrarte más en el hipnótico mundo del cloud rap.

Aunque inicialmente surgió en la década de los 2000, el subgénero Jersey club está muy presente en muchos de los hits actuales de música urbana hasta el punto de que algunos llegan a confundirlo con el reggaetón. Este estilo rápido y agresivo hunde sus raíces en la fusión de la música house y el hip hop, y se caracteriza por los bajos duros y pesados, así como por los sampleos repetitivos y entrecortados, tripletes de bombo y clips vocales que no vas a poder dejar de corear en bucle.

Hay muchos, muchísimos más microgéneros coexistiendo dentro de nuestro universo musical, siempre en constante evolución. Drone music, nu skool breaks, disco polo, clownstep, neurofunk, crunk, trapstep, jackin house, fidget house, minimal bounce… La lista es gigantesca y sigue creciendo día a día, nosotros únicamente te hemos dado a probar un pequeño avance de todo lo que se cuece ahí afuera. Si te ha parecido interesante, te animamos a que investigues, ahondes, valores los detalles y aprecies los matices de cada una de estas corrientes para sacarle el máximo partido a la pasión que nos une: la música más auténtica.


IMÁGENES | UNSPLASH

 

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