La gastronomía de Barcelona es todo un crisol de sabores de los que se puede disfrutar en lugares tan singulares como estos.
Por Lorena Papí
Barcelona es una de esas ciudades que se deja revisitar una y otra vez. Porque en cada viaje hay algo nuevo que descubrir.
O redescubrir, cuando se practica el aquí y el ahora: disfrutar el momento, dejándose llevar por los sentidos. Pasear por sus calles y perderse, convirtiendo cada hora en una vida. Cada viaje, en una nueva Barcelona por gozar.
También esconde sorpresas su gastronomía, gracias a quienes apuestan por unir tradición y vanguardia con sabroso resultado. Una gastronomía marcada por la naturaleza mediterránea de Barcelona.
Son propuestas para las que Cervezas Alhambra no solo representa un acompañamiento. Es el elemento que cierra el círculo, convirtiendo un momento cotidiano en especial.
Por eso, disfrutar de Cervezas Alhambra y de Barcelona son experiencias que despiertan emociones parecidas. Porque se necesita vivirlas con tiempo, para desvelar todos esos matices que las hacen diferentes.
El Taller: un bar con mucho arte (y sabor)
El Taller es uno de esos locales especiales de la ciudad. Porque es mucho más que un bar: es un proyecto cultural global, “soñado y creado por un arquitecto y una pintora”.
Compartir espacio con el Taller de Pintura y Dibujo Vuit Espai les da la oportunidad de transformar el espacio en un lugar “para la difusión y el disfrute del arte”. Para relajarse y gozar con su variada oferta cultural.
Y gastronómica. Con tapas tan clásicas como las bravas, pero con un toque personal; el que aportan sus tres salsas caseras.
Con homenajes a la tierra, con su particular versión del pà amb tumaca: su pan de coca con tomate.
Los imprescindibles se combinan con platos que aúnan exotismo y originalidad en una fusión de sabores, como la picadita árabe para compartir: hummus y cremas de hortalizas para dipear con crudités y panes crujientes. O su ensalada de quinoa roja, con papaya, nueces y vinagreta de lima.
Son recetas que por su intensidad requieren de una cerveza con personalidad. Como Las Numeradas de Jerez de Cervezas Alhambra, criadas en barricas de Jerez que han contenido Amontillado, Palo Cortado y Pedro Ximénez durante más de un año.
Sabores de la tierra, en Casa Dorita
La de Casa Dorita es una invitación a saborear lo sencillo y casero. Su filosofía es la de la cocina de mercado y la mejor materia prima.
Su carta es un homenaje a la cocina de las abuelas; a “las Doritas”. A esos aromas que salían de sus fogones y que, al redescubrirlos ahora, transportan a otro tiempo y otro lugar.
En su carta invitan al pica pica con una típica escalibada o una tostada Barceloneta (piquillos y sardina). A saborear productos de la huerta, con las que elaboran frescas ensaladas, y huevos de “gallinas felices” que protagonizan toda una sección de propuestas. Sin olvidar la cuchara, con sus pochas con fundamento o su cazuela de callos con “cap i pota”.
Son matices a los que una Alhambra Reserva 1925 suma, aportando sus notas florales a las maravillas del producto bien tratado. Porque combina a la perfección con pescados blancos y carnes suaves; también con todo tipo de aperitivos, como los platillos (de olivas, de alcaparras, de piparras y más) que propone Casa Dorita.
El Bandarra Tapería: tapas clásicas pero originales
El tapeo es uno de esos momentos cotidianos que se tornan especiales, que pertenecen a otra dimensión temporal, porque son las risas o la compañía, lo vivido, lo que cuentan. Porque cualquier momento del día es perfecto para esa pausa gastronómica: la tapa.
En el menú de El Bandarra Taperia hay espacio para tapas icónicas, como las croquetas. Pero también para relecturas de este clásico de la fritura, como sus bombas de boletus y queso. Y para recetas más elaboradas, como su berenjena con espuma de foie.
Y también para platos más completos y de gran intensidad, como las costillas de cerdo a la miel. Sabores a la parrilla que maridan armónicamente con las notas tostadas que aporta a la experiencia una Alhambra Baltic Porter,
Unas horas en el motor de un autobús: Bus Terraza Bar
Quedándose en la anécdota, Bus Terraza Bar es local con un autobús en una terraza. O una terraza con el esqueleto de un antiguo autobús completamente integrado en la decoración. Si se practica el parar más y sentir más, se descubre un lugar especial en el que disfrutar de los soleados días, y los días sin reloj.
Su carta es escueta, pero va al grano: platos para picar, recetas de mar y especialidades de montaña. Como las patatas gajo al horno con mayo chimichurri, las quesadillas veggie con guacamole, mozarella, pico de gallo y mayonesa chipotle o su particular versión del bocata de calamares: a la andaluza con allioli de miel y encurtidos.
Todo ello, proponen, acompañado de una Alhambra Lager Singular. Porque es la variedad de Cervezas Alhambra de los que buscan hacer de su día a día algo especial. El mismo objetivo de quien visita este local.
Bar Elsa y Fred
Las patatas bravas del bar Elsa y Fred —hacerlas tan bien es todo un arte— tienen fama.
Aunque tiene que competir con las otras propuestas irresistibles: pan de coca de cristal con tomate de colgar, croqueta de kimchi con mayonesa de azafrán y pulpo al hierro con sabor a brasa, puré de tupinambour y berros son algunas de las sorprendentes tapas que se pueden saborear en este gastrobar.
Practican la cocina de mercado en sus platos de temporada y su menú del día, que combinan con atemporales, como su sándwich de pastrami con cebolla confitada rúcula y salsa de mostaza y bocadillos únicos, como el de calamares con ali oli de lima, rúcula y salsa sriracha.
Recorrer Barcelona es disfrutar del sol, del arte —presente hasta en el pavimento—, de la luz mediterránea... Y de una gastronomía que no olvida sus clásicos, pero que se abre a otros sabores, igual que la ciudad se abre al mar.
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