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Por María José Amengual
Los días más largos y más luminosos, con este sol que por fin se muestra en todo su esplendor tras los interminables días de frío, invitan a disfrutar de los nuestros, familiares y amigos, saboreando un delicioso bocado como este aperitivo de patatas y mejillones con alioli acompañado por una Alhambra Lager Singular, una cerveza especial de fermentación lenta que ayudará a intensificar lo especial de este momento.
Además de resultar una receta de fácil preparación, está elaborada con ingredientes que solemos tener en nuestra despensa y que son humildes y fáciles de encontrar en nuestra tienda favorita. Incluso admite que nos organicemos con tiempo y, justo antes de servirlo, solo tengamos que montar este aperitivo.
Con un poco de imaginación, podemos realizar algunas variaciones de esta receta, para amoldarla a los gustos de los invitados o para presentar distintas opciones en una misma bandeja, desde carne asada a ensaladilla rusa. Imaginación y buenos alimentos para un resultado delicioso.
55 minutos
Fácil
Sin duda, el aperitivo es una de las mejores invenciones de nuestra gastronomía. Es muy difícil mostrarse contrario a pasar un rato distendido en la mejor compañía, compartiendo risas y un bocado delicioso. Si además lo maridamos con Alhambra Lager Singular, concebida para hacer especiales los momentos cotidianos, para situarnos en el aquí y el ahora, tenemos el éxito de ese momento asegurado.
Y es que esta es una cerveza cuidada e intensa en la que se sigue para su elaboración un proceso de fermentación lenta gracias al cual se consiguen sus matices únicos, ligeros y afrutados, lo que le aporta un sabor tan singular como su nombre. En boca tiene un amargor suave, pero con cuerpo, y resulta muy equilibrada, perfecta para resaltar el dulzor de las patatas y la acidez de los mejillones.
La patata es uno de los ingredientes más utilizado en nuestra cocina. Este tubérculo no es una raíz, como muchas veces se piensa, sino un engrosamiento subterráneo del tallo. En el mundo existen unas 7.000 variedades de patata y solo en nuestro país hay 150 clases, que se pueden encontrar en el mercado todo el año. La patata llegó a Europa de la mano de los colonos españoles y desde entonces su fama solo ha hecho que crecer.
Según el color exterior de la piel se diferencian tres tonos y, dentro de cada uno, unas cuantas variedades. Está la patata roja (Cóndor, Red Pontiac, Desirée y Astérix), la amarilla (Étoile du León, Jaerla, Eureka, Kennebec, Monalisa, Spunta, Obelix…) y la blanca (Pentland, Xantia y Frisia).
Entre todas, la más vendida es la Monalisa. Es la patata comodín: fantástica para freír porque absorbe poco aceite, para cocer porque no se desmenuza y para asar porque queda con una textura en su grado justo de jugosidad. La Kennebec es famosa por un plato y un nombre: son los cachelos que acompañan al pulpo a la gallega. La Pontiac, en cambio, tiene una textura inconfundible y alcanza su máximo poderío en guisos.
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