Selecciona un país
clearRecetas
Por María José Amengual
Cuando oímos la palabra reconfortante, suelen venir a nuestra mente momentos de nuestra infancia, en la cocina de nuestros hogares en invierno y con nuestras madres o abuelas sirviéndonos un humeante plato de algo delicioso y recién cocinado. Sabíamos que en cuanto nos llevásemos una cucharada de esa deliciosa preparación a la boca nos sentiríamos, efectivamente, en casa y seguiríamos comiendo hasta dejar el plato reluciente.
Esa capacidad de transmitir a través de la gastronomía, tan trabajada por nuestros antepasados, también está en nuestras manos. Para ello, a la hora de colocarnos ante los fogones, debemos prestar atención a los alimentos que escogemos y cocinarlos con cariño, para que quien los saboree sienta también esa calidez, ese mimo que se saborea a fuego lento.
Del mismo modo que los maestros cerveceros de Cervezas Alhambras combinan las mejores materias primas con su saber hacer para conseguir variedades que aseguran nuestro deleite, nosotros podemos cocinar platos sencillos, pero tremendamente acogedores y familiares.
Caliente o templada, esta crema de cebolla es totalmente reconfortante y muy sabrosa. Además, es perfecta para los amantes de la cerveza: la lleva en su lista de ingredientes, por eso también marida a la perfección con Alhambra Lager Singular, una cerveza con suaves notas afrutadas y florales que se intensifican a cada trago.
Se trata asimismo de una receta que puede prepararse con antelación y conservarse en la nevera hasta el momento de degustarla, de un día para otro. De este modo, podemos organizarnos con tiempo y no será necesario ir con prisas justo antes de sentarse a la mesa. Bastará con calentarla en los minutos previos al servicio y estará igual de deliciosa (incluso más, con los sabores y matices más reposados).
1 hora y 15 minutos
Fácil
Como cualquier otra crema, esta de cebolla y cerveza estará aún más deliciosa si la acompañamos con elementos que permitan un contraste de texturas, como cebolla troceada menuda y frita, unas pipas de girasol o de calabaza o unos cuadraditos de pan recién tostados.
Para maridar, acertaremos con una Alhambra Lager Singular, cuya fragancia aromática tiene un perfil seco con suaves notas afrutadas y un reflejo a levadura, que combina y resalta el sabor de la cebolla y el tomillo.
Por su parte, los aromas de lúpulo son leves, aunque florales, y se intensifican al tragar. Además, en boca tiene un amargor suave, pero equilibrado, con una persistencia fina que la convierte en la cerveza perfecta para acompañar esta crema.
Por muy sencillo que sea un plato, siempre podemos mejorarlo si seguimos unos sencillos trucos para que nos quede perfecto:
1. Debemos rehogar bien la cebolla, nos tiene que quedar dorada y melosa. Si queda cruda, el sabor resultante será demasiado fuerte.
2. El tomillo seco es opcional: podemos prescindir de él o usar otras hierbas aromáticas al gusto de nuestro paladar.
3. La nata no debe triturarse, sino removerse: así conseguiremos una textura más cremosa. Si queremos, en lugar de nata podemos usar leche evaporada, para que sea un plato más ligero.
4. Si no nos agrada encontrarnos con posibles hilos de la cebolla, aunque hayamos batido bien la crema, siempre podemos pasarla por un colador de malla fina. El resultado será más líquido, pero menos granulado.
Vota aquí:
Compartir