Recetas - Gastronomía
Langostinos kataifi con salsa de mango, el aperitivo más divertido y tropical
Crujientes, jugosos por dentro y acompañados con una salsa que bien podría trasladarnos a cualquier destino tropical. Si las tempuras y gambas a la gabardina son tu pasión, no puedes perderte esta receta de langostinos cubierta de pasta kataifi. Un aperitivo de lo más divertido y sabroso, que además se puede preparar en cualquier época del año con los langostinos y mangos que esperan en tu congelador. Ideal para una cena al estilo finger food o para abrir el apetito en cualquier tipo de celebración.
Tiempo:
40m
Dificultad:
fácil
Nº Comensales:
2 personas
Ingredientes:
Para los langostinos:
- 8 langostinos
- 1 paquete de pasta o masa kataifi
- 1l de aceite de girasol
Para la salsa:
- 1 mango
- 125 g de yogur griego
- 30 ml de vinagre de vino blanco
- Zumo de ½ limón
- 50 ml de AOVE
- Sal
- Pimienta negra
PASO A PASO:
Paso 1
Vamos a comenzar con la salsa. Para ello, pelamos y troceamos el mango, y lo introducimos en un vaso de batidora. Añadimos también el yogur, el vinagre, el zumo de limón, el AOVE, un poco de sal y pimienta. Trituramos todo y llevamos la salsa a una manga pastelera o un biberón.
Paso 2
Por otro lado, pelamos los langostinos, los salpimentamos y los atravesamos con brochetas. A continuación, los envolvemos cuidadosamente con la pasta kataifi. Luego, los freímos en un cazo hondo con abundante aceite de girasol.
Paso 3
Para terminar, los podemos servir en una bandeja con una dosis de salsa debajo de cada langostino. También se pueden servir en vasos de chupito si queremos hacer dosis individuales para un aperitivo tipo cóctel.
Maridaje
Maridaje
Pescados, frituras y frutas y verduras dulces son los territorios en los que mejor se mueve nuestra variedad más dorada y brillante, Alhambra Especial. Esta lager, de perfil seco y fragancia aromática, contiene la mejor fórmula para maridar estos langostinos kataifi. Su amargor suave y sensación equilibrada ayudan a explorar los matices de la salsa de mango, con su característico dulzor y acidez. Sírvela en copa de tulipa -o directamente en el botellín- para conquistar a tus invitados con unos canapés en clave muy informal.
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