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Por María José Amengual
Mantener las tradiciones es importante, pero en gastronomía es interesante, en ocasiones, introducir variaciones para descubrir nuevas propuestas con las que conquistar los paladares. Para esos espíritus aventureros proponemos una pizza de verduras con una base de salsa pesto, prescindiendo de la salsa de tomate.
De mantener tradiciones e introducir variaciones saben, y mucho, los maestros cerveceros de Cervezas Alhambra, los cuales, con las variedades que nos presentan, han sabido aunar costumbre y actualidad, consiguiendo un estilo fácilmente identificable que nos invita, sobre todo, a prestar más atención a lo que nos rodea para así saborear la vida en todos sus matices.
Esta pizza casera de pesto y verduras, además de reunir estas cualidades, puede adaptarse a todo tipo de paladares, pues permite utilizar los ingredientes a nuestro antojo, por eso las cantidades que aquí se indican son meramente orientativas, pudiendo variarlas según nuestros gustos personales y los de nuestros comensales. Nada como dejarse llevar por la imaginación: berenjenas, champiñones o pimientos son otras verduras con las que se puede jugar a la hora de elaborar esta receta.
Por último, con un poquito de tiempo y paciencia se puede preparar una masa de pizza artesanal. Pocas actividades resultan más gratificantes en la cocina que hundir las manos en harina para conseguir una receta totalmente casera. Se trata de una tarea sencilla y perfecta para realizar con niños para, así, pasar momentos entrañables con ellos unidos por la gastronomía, instantes que perdurarán para siempre en la memoria.
2 horas
Fácil
Para maridar esta pizza casera de pisto y verduras, de sabor contundente, nada como una Alhambra Reserva Roja, una cerveza de trago lento que requiere de tiempo para poder disfrutarla en su totalidad y que potenciará los matices de cada bocado de nuestra receta.
Los intensos sabores de caramelo y grano que se perciben en cada sorbo, así como un sutil punto de amargor, combinarán deliciosamente con las verduras que escojamos, pues ayudarán a potenciar los afrutados de cada ingrediente. Una Alhambra Reserva Roja será sin duda la mejor elección para complementar los sabores vegetales, convirtiendo en muy especial el momento que escojamos para degustar esta combinación.
Mencionar la palabra pizza evoca, en cualquier imaginación, momentos de disfrute saboreando una de las mejores recetas de la gastronomía italiana. Su origen se sitúa en la ciudad de Nápoles, alrededor del siglo XVII, que es la época en la que el tomate se empezó a utilizar como ingrediente, pero seguramente su verdadero origen, dejando a un lado el tomate, se remonta a muchos siglos atrás, los mismos desde los que la humanidad elabora y utiliza el pan como un alimento básico.
Fueron los napolitanos los que, allá por el siglo XVIII, conjugaron los ingredientes necesarios para crear la pizza, añadiendo ese fruto rojo llamado tomate que había llegado a Italia a través de España, y que en un principio se consideraba venenoso, a unos panes planos que aliñaban con orégano y aceite de oliva.
En esa época, era el alimento de los más pobres y de él se alimentaban en cada una de sus comidas, aunque poco a poco la pizza fue conociéndose, primero en el resto de Italia y con el tiempo en el resto del planeta. Así fue convirtiéndose en uno de los platos de origen italiano con mayor éxito a nivel mundial. Y, aunque hoy en día una pizza puede elaborarse con prácticamente cualquier ingrediente, los más puristas defienden que la auténtica solo puede prepararse en un horno de leña, a 485ºC durante no más de 90 segundos, teniendo una base hecha a mano, un diámetro no mayor de 35 centímetros y un grueso en su centro no superior al centímetro.
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